¡Bienvenidos habitantes de Lanzarote! Pasen y vean el maravilloso espectáculo que les reservamos para hoy. En este día están ustedes invitados a presenciar una imagen que deben guardar para siempre en sus retinas. Ante su sumisa ...
¡Bienvenidos habitantes de Lanzarote! Pasen y vean el maravilloso espectáculo que les reservamos para hoy. En este día están ustedes invitados a presenciar una imagen que deben guardar para siempre en sus retinas. Ante su sumisa mirada les mostraremos un panorama irrepetible. Serán testigos de cómo se intenta acabar con la identidad de un pueblo, cómo se arrasa la dignidad y los valores de una isla que ha paseado su nombre y ha presumido de sus parajes y su extraordinaria conservación por los lugares más recónditos.
La atracción de hoy tiene nombre propio. Se llama Berrugo, está situado al sur de la isla de Lanzarote. Berrugo no es una casa, no es una familia, no es un territorio. Se trata de un símbolo de la lucha a favor de la historia, el patrimonio, las tradiciones, la cultura, los valores... una lucha en contra del poder.
Un poder corrupto que no aprecia nada más allá del tintineo de las monedas por las que vende un territorio que no les pertenece a ellos sino que nos pertenece a todos. Un poder corrupto que se las ingenió para hacer legal lo ilegal y que ahora nos da clases magistrales de legalidad mientras ellos se llenan los bolsillos.
Hoy verán reducidas a escombros las casas de Berrugo. Unas casas que supuestamente no respetaban la demarcación de costas. Yo como guía de este festejo les invito a que aprovechen el espectáculo y se fijen hasta dónde llega el puerto deportivo Marina Rubicón. Den un paseo por la variedad de instalaciones hoteleras y hosteleras que se despliegan alrededor. Anímense a contemplar el Hotel Papagayo Arena. Y sobre todo, no dejen de comparar con fotos antiguas para saber dónde se sitúa cada uno de estos elementos. Seguro que después siguen pensando que la ley se cumple para todos por
igual.
Pero no se despisten, admiren como caen los viejos muros de Berrugo. No cierren los ojos, no agachen la cabeza, no pueden perderse cómo miles de recuerdos de tantos y tantos momentos que tienen que ver con Berrugo son reducidos a la nada: las salinas, las caleras, El Becerro, la pesca, el paisaje, la Laja Blanca, las falúas en la Bocayna, el aljibe, el olor del mar, las excursiones a Punta Prieta, los colores del atardecer, el "carnaero", la sonrisa de abuelo, los gritos de los niños en la playa, el silencio, la unión familiar, el canto de la morena, la tranquilidad.
Son afortunados, disfrutarán de todo por un módico precio. El precio es su sumisión, su silencio ante semejante pérdida mientras los embaucan con mentiras, con disculpas, con justificaciones analfabetas de sentimientos que no entienden de amor a la patria, de apego a lo que es de uno, que no respetan.
Sin embargo estoy seguro que no será éste el último espectáculo que presente. Seguirán habiendo muchos más. Acabar con Berrugo no será sino la continuación de tantas y tantas pérdidas que se encargarán de justificar de formas legales o alegales para mantenerlos a todos ustedes callados y con la mirada fija mientras el espíritu de Lanzarote sigue desapareciendo diluyéndose entre cemento, hoteles y puertos deportivos.
Este presentador de circo mediático se despide. Usted decide si el espectáculo debe o no continuar.