Otra vez de duelo

Nadie merece terminar su vida en un vertedero; no podemos acostumbrarnos a que ninguna familia vea truncada su vida por los designios de un asesino. Ninguna sociedad merece vivir atenazada por el miedo.La muerte de Yuliza ...

16 de noviembre de 2007 (06:44 CET)

Nadie merece terminar su vida en un vertedero; no podemos acostumbrarnos a que ninguna familia vea truncada su vida por los designios de un asesino. Ninguna sociedad merece vivir atenazada por el miedo.La muerte de Yuliza ...

Nadie merece terminar su vida en un vertedero; no podemos acostumbrarnos a que ninguna familia vea truncada su vida por los designios de un asesino. Ninguna sociedad merece vivir atenazada por el miedo.

La muerte de Yuliza representa un nuevo y estremecedor caso de los que lamentablemente comienzan a no ser extraños para los ciudadanos de Lanzarote. Se suceden en los últimos tiempos demasiadas muertes que, aunque parecen no tener ninguna relación entre ellos, comienzan ya a tejer un denso hilo de preocupación entre la ciudadanía.

Pero, por difícil que resulte, es, en estos momentos de máxima consternación, cuando más falta hace que todos los que conformamos la sociedad insular mantengamos la calma, por tensa que ésta sea. Calma y cautela que debe hacerse extensiva a todos los estratos de la sociedad y por ende también a los que tenemos la responsabilidad de la comunicación social, evitando juicios paralelos y reacciones desmedidas entre la población. Ahora más que nunca es necesario recordar que la violencia genera violencia y que frente a la acciones de los asesinos tiene que estar la respuesta de la Justicia, contundente y firme. No puede dar lugar a que la sociedad decida tomarse la justicia por su mano, la ley del talión no cabe en una sociedad democrática y dotada de los mecanismos necesarios para dar salida a estos graves sucesos, que nunca pueden acabar en el linchamiento de ninguna persona sea o no culpable´. Se hace imprescindible por tanto, la adecuada vehiculización de la información al respecto

Precisamente para que el pueblo tenga una información seria, contrastada y con datos veraces se hace imprescindible la conexión entre las autoridades y los medios de comunicación. Es ya necesario en esta isla que se sea más transparente con las actuaciones que se llevan a cabo en las diferentes investigaciones, sin menoscabo para las mismas, para tranquilizar a los ciudadanos, sobretodo en una isla tan pequeña en la que en menos de un año tres jóvenes han muerto en extrañas circunstancias sin que todavía sepamos exactamente qué ocurrió. Precisamente porque el Lanzarote de antaño, el de los postigos abiertos, es sólo un recuerdo, tenemos que avanzar y acomodar los medios a las circunstancias reales. Cuando uno no tiene acceso a la información fácil intenta conseguirla por otros cauces que hacen peligrar, a veces, incluso la vida de las personas.

Transcurrido el shock inicial, llegará el momento de la reflexión serena, serenidad que no debe confundirse con conformismo. A esta nueva realidad no podemos acostumbrarnos.

La sociedad de Lanzarote necesitará entonces una explicación: ¿es ésta la consecuencia lógica del aumento poblacional? ¿A qué se debe este cambio tan brusco en la seguridad de los ciudadanos? ¿Están nuestros niveles de delincuencia en línea con poblaciones de nuestro tamaño?

A la vez que pedimos respuestas debemos hacer una reflexión profunda de cuáles son los valores que imperan en este siglo de las nuevas tecnologías donde cada vez es más fácil conectarse con el mundo pero sin embargo no conocemos a nuestros vecino

Brian, Yasmila y ahora Yuliza?. Un vertedero no es un lugar para morir

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