Soy mujer y no me gusta que hablen en mi nombre para defender intereses partidistas.
Soy mujer y no me ofende el cuerpo humano, ni de hombres ni de mujeres.
Soy mujer y me relaciono con naturalidad con el sexo.
Me gusta el neutro de miembro, parlamento, gente y persona. No me gusta el patriarcado ni el matriarcado, me gustan algunas personas y no me gustan algunas personas.
Soy mujer y no permito que me manipulen, ni hombres, ni mujeres. Puedo distinguir el machismo y la violencia de género del oportunismo político.
Soy mujer y sé cómo protegerme sin poner a mi familia de escudo, no necesito hacerme valer representando papeles impostados. Educo a mis hijos en el mundo en el que viven, saben quién soy y lo que hago, nadie les engaña, nadie les asusta, nadie les confunde, me conocen.
Soy mujer y sé qué gobiernos han mermado las ayudas a las políticas de igualdad, han hundido las pensiones y han liquidado las ayudas a la dependencia. Sé qué partidos políticos han defendido el aborto, las ayudas a la maternidad, la igualdad salarial y las pensiones no contributivas.
Sé quienes ha contribuido a la asistencia sanitaria gratuita, al acceso igualitario a la educación y a la justicia de calidad, conozco a quienes han vendido la sanidad, han privatizado la educación y han empobrecido la justicia.
Sé quienes nunca se han preocupado por las guarderías municipales, ni por los parques infantiles, ni por los centros de mayores, o las residencias sanitarias. Se quienes apoyan a las Kellys y quienes comparten mesa, mantel y financiación electoral con los defraudadores de impuestos, con los patrocinadores del trabajo negrero y con los que evitan pagar la seguridad social de sus trabajadores.
Sé qué políticos han respetado a los seres humanos con independencia de su sexo, raza o religión, quienes han patrocinado asociaciones y autobuses discriminatorios, quienes han negado el derecho a contraer matrimonio a las personas del mismo sexo, quienes han tratado de enfermos mentales a millones de personas por su inclinación sexual.
Reconozco a quienes han señalado, apartado y ofendido a las personas por ejercer su libertad. Sé qué gobierno limita nuestra libertad de expresión, de información, de crítica, de participación y de educación para convertirnos en una masa de idiotes.
Se quienes hacen por merecer el cargo político que ocupa y quienes aspiran a ocupar ese puesto sin merecerlo. Reconozco la mediocridad de hombres y mujeres, el cinismo del misógino y las campañas de manipulación. No me representan ni los hombres ni las mujeres que usan y abusan de algo tan serio como la discriminación de género con una frivolidad tan evidente que avergüenza.
Soy mujer, no me representas. Soy agitadora, no me engañas.
Eufemia Delgado