Que España no está para tirar cohetes lo sabemos todos.Que la situación económica es un desastre lo miremos por donde lo miremos, es algo que también lo sabemos.Sabemos también que para sacar a España del ...
Que España no está para tirar cohetes lo sabemos todos.
Que la situación económica es un desastre lo miremos por donde lo miremos, es algo que también lo sabemos.
Sabemos también que para sacar a España del pozo en el que la crisis económica nos ha sumido hay que tomar medidas drásticas, severas y en muchos casos, absolutamente impopulares.
En este grado de conocimiento que tenemos los españoles de la situación económico y social que padecemos, lo que también sabemos es que el gobierno salido de las urnas el pasado 20 de noviembre no es responsable en absoluto de la misma.
Es más, los españoles han votado por un cambio de tendencia en las directrices que se estaban llevando a cabo desde Moncloa. Han votado en la confianza que España necesita un giro de 180 grados para poder reconducir una situación que, en la mayoría de los casos, había adquirido tintes de dramatismo para millones de familias españolas, las más desprotegidas de la sociedad, que han venido padeciendo sistemáticamente la incompetencia en unos casos y la incapacidad política en otros.
Pero creo y es una humilde opinión, que mal empezamos con este gobierno si la primera medida que toma es la de congelar el sueldo de los mas pobres de la sociedad.
Mal empezamos si lo primero que hace este gobierno, nacido de la esperanza, es decirle al que menos cobra que este próximo año es el primero que se va a tener que apretar el cinturón para ayudar a España a salir de la sima en la que estamos sumergidos.
Decía antes que el gobierno del Partido Popular iba a tener que tomar medidas drásticas, difíciles y anti populares para que los españoles retomáramos la senda del bienestar económico
Pero lo que no he dicho antes es que la primera medida a tomar, como si no hubiera otras mas importantes y de mayor enjundia, fuera la de mantener congelado el poco poder adquisitivo de los miles de ciudadanos que solo tienen como ingresos en sus familias el S.M.I., o lo que es lo mismo, el Salario Mínimo Interprofesional.
El cinturón de los españoles que ganan eso escasos 640 euros no tiene, desde hace mucho tiempo, ningún agujero más que poder hacerle.
Se dice que el Partido Popular y así lo ha demostrado en otras épocas recientes de nuestra democracia, de lo mejor que tiene y de eso presume, es de un equipo económico de primer nivel. De contar con unos profesionales de la economía que podrían, sin ningún problema, sacar a los españoles de la crisis.
Pero sinceramente, si la primera medida para esta solución es la que acaban de aprobar, creo que mal comenzamos. Esta medida podría ser una de las que forman parte del paquete de ajustes económicos que el gobierno se va a ver obligado a desarrollar para reconducir la maltrecha situación económica del país, obligado, ademas, por las directrices que emanan de los países más fuertes de la Unión Europea, pero creo que en ningún caso debería ser la primera de todas.
No soy un premio Nobel de economía, pero les garantizo que hay muchas medidas que se pueden tomar antes que la de congelar el S.M.I. El problema radica en que muchas de estas medidas afectan directamente, no a los menos favorecidos de la sociedad española, sino todo lo contrario. Afecta a los mismos que ahora le hacen agujeros imposibles a los cinturones de los mas pobres.
Y claro, eso no puede ser. ¿Como voy a dictar leyes o tomar medidas que me afecten a mi mismo pudiendo hacerlo con los demás?
Lo peor de todo, para los que creemos que este gobierno nos podía ayudar a salir del pozo, es que medidas como la que acaban de tomar no hacen otra cosa que alimentar el desaliento, la desesperación y la creencia, hasta ahora equivocada, de que con la derecha hemos topado.
Sabemos que al gobierno de Mariano Rajoy se le va a mirar con lupa todo lo que haga. Pero resulta demasiado evidente que con medidas como esta, el ciudadano va a tener argumentos más que sobrados para volver a pensar y proclamar a los cuatro vientos que esta es la derecha de los ricos, la derecha a la que le importa muy poco el ciudadano de a pie con tal de, como siempre, convertir al rico en más rico y al pobre en más pobre.
Y créanme que yo me niego a eso. Yo me niego a dar la razón a los que sistemáticamente han venido metiendo el miedo en el cuerpo cuando se acercaban las elecciones y su discurso político era que con un partido de derechas los recortes económicos para los pobres iban a estar a la orden del día
Me niego, pero no me lo ponen fácil.
Y para concluir, porque podría rellenar miles de folios, mal empezamos a salir de la crisis si los primeros que tienen que hacerlo son los que peor parados han salido y los que mas han sufrido las consecuencias de lo que, como decía un ministro socialista, no es una crisis en toda regla sino un reajuste de los mercados internacionales.