Necesito que me escuches./ necesito oir tu voz, tu corazón/ necesito que me tiendas tus manos/ me ayudes a salvar mi vida/ a vivir con dignidad/ comer, estudiar, trabajar./ y un día no muy lejano/ también podré yo ayudar a la humanidad/ y con letras de oro de plata/ proclamar a los cuatro vientos/ que me salvaste la vida/ con tu donación salí del horror/ de la pobreza./ Hoy te quiero dar las gracias/ plantar una rosa en tu corazón/ como tú un día/ me salvaste a mi con tanto amor./ ¡Sigue la cadena./ te amo te quiero!/.
Hoy, donde el mundo se halla confuso, perdido. o quizás no está perdido, sólo confuso para encontrar el camino. nace una nueva humanidad ¡los niños del mundo! el futuro del mañana. la ilusión de una nueva generación donde reine el amor, la paz y la generosidad.
Ellos sólo piden vivir sin pasar hambre ni sed. vivir con dignidad, ser hombres y mujeres con estudios, trabajos. ayudar en su día cuando sean mayores a otros niños que lo necesiten.
Nosotros, sólo tenemos que cooperar, comprando tarjetas de navidad de UNICEF, dar un donativo o haciéndonos socios, para que ese sueño se haga realidad.
Nuestros niños del mundo son de todos. ellos, nos lo agradecerán con una sonrisa de amor y de paz.
Alicia Morilla Cantero
