En una mini-cumbre, Francia y Alemania han acordado financiar parte de la deuda de Grecia mientras el Gobierno de Atenas se apriete el cinturón bajo la estricta supervisión de la Comisión Europea. Este anuncio, junto con el ...
En una mini-cumbre, Francia y Alemania han acordado financiar parte de la deuda de Grecia mientras el Gobierno de Atenas se apriete el cinturón bajo la estricta supervisión de la Comisión Europea. Este anuncio, junto con el encuentro entre altos cargos del Ministerio de Economía y grandes inversores europeos (bancos, Hedge Funds, aseguradoras?), parece haber tranquilizado a los inversores europeos.
Como consecuencia los indicadores de mercado que cuantifican el coste de emitir deuda muestran una reducción considerable después de subidas significativas ante la gran incertidumbre generada por la situación de Grecia y la opinión de diferentes expertos (entre ellos el prestigioso economista Paul Krugman) alertando de la peligrosa dinámica de la economía española y de las finanzas públicas.
A pesar de ser una noticia positiva, debemos tomarla con cautela a tenor de la alta volatilidad existente en el mercado, donde el coste de emitir deuda varía de manera considerable, hora a hora y día a día. He repetido en varias ocasiones que la opinión de los mercados internacionales sobre la economía española es fundamental y nos afecta drásticamente a todos, incluido el Gobierno. El razonamiento es muy sencillo: el crédito se encarece o se reduce si los inversores califican a España como un país de alto riesgo de impago. Si ocurre esto, los bancos españoles obtendrán financiación más cara o más reducida, y por ende nuestras empresas, hogares e incluso el sector público (Estado, Comunidades Autónomas, Cabildos y Ayuntamientos) sufrirán un recorte del crédito o en el mejor de los casos un encarecimiento importante de la financiación.
La falta de crédito es junto a la caída del sector de la construcción y del turismo, el principal factor que explica el aumento sin precedentes del paro. Por ello, es crucial generar confianza en los mercados, al igual que es esencial que el Gobierno de España o el Gobierno de Canarias generen confianza al sector empresarial y a las familias para que, al margen que mejoren las exportaciones por el empuje exterior, de una vez por todas se reanime el consumo y la inversión.
La confianza, como cuando uno padece una dolencia, se genera cuando se tiene el diagnóstico adecuado y se están llevando a cabo las medidas necesarias en el momento oportuno. El Gobierno de España generaba desconfianza a los mercados y ante los ciudadanos por su diagnóstico tardío y desacertado y la falta de medidas de calado, principalmente por su miedo a perder votos.
Parece que el Gobierno de España se ha dado cuenta del enorme coste que supone no contar con la confianza de los inversores internacionales. El caso de Grecia ha encendido todas las alarmas en la Moncloa, que desde hace unos días ha salido, día sí y día no, amagando con tomar medidas drásticas e impopulares. Veremos si dicho Gobierno es capaz de renunciar a votos para poder corregir el déficit, controlar la deuda y acometer las reformas económicas que pide a gritos la economía española, entre ellas la reforma del mercado laboral o la del sector público.