Los intocables de la José Antonio

Por Beselch León Cebrián Duarte Otro ejemplo de cómo los dueños de las discotecas se saltan la normativa a la torera. Otro ejemplo de cómo estos señores hacen lo que les da la gana sin que el ayuntamiento se lo impida en absoluto. Están reformando una ...

30 de agosto de 2011 (16:14 CET)
Por Beselch León Cebrián Duarte
Otro ejemplo de cómo los dueños de las discotecas se saltan la normativa a la torera. Otro ejemplo de cómo estos señores hacen lo que les da la gana sin que el ayuntamiento se lo impida en absoluto. Están reformando una ...

Otro ejemplo de cómo los dueños de las discotecas se saltan la normativa a la torera. Otro ejemplo de cómo estos señores hacen lo que les da la gana sin que el ayuntamiento se lo impida en absoluto.

Están reformando una discoteca en la calle José Antonio para reabrirla y resulta que como les molestaba una farola de la luz pública, pues la quitan y ponen el cartel de la discoteca, que encima es más grande de lo permitido. Además el concejal responsable había dicho en persona a un vecino que no se iban a dar más licencias para discotecas, pero parece que no va a ser así.

Y ahí sigue la farola con los cables colgando y sin luz. Pero no pasa nada. Los discotequeros tienen carta blanca, son intocables y hacen lo que quieren.

En cambio, los vecinos que por desgracia vivimos en los alrededores somos ciudadanos de segunda, se nos niega el derecho al descanso y el vivir con dignidad. Aparte de este hecho puntual, cualquiera que pase de noche por la José Antonio y alrededores puede comprobar cómo no se respeta la normativa.

Cualquiera que se pase una noche de fin de semana puede ver que las puertas de los locales permanecen abiertas de par en par (deben estar cerradas excepto cuando alguien entra o sale para que el sonido no salga a la calle), incluso una de las más conocidas discotecas del lugar no tiene doble puerta. En vez de eso tiene una reja por fuera y por dentro una puerta de cristal colgando que dejan salir toda la música.

Invito a los lectores a que descubran cuál de ellas es, es muy fácil. También muchas de ellas no respetan el horario de cierre. Pero lo peor de todo es el hecho de que los locales no están insonorizados.

Estando a varias calles de distancia de las discotecas ya se escucha la música perfectamente, ¿cómo es esto posible si todas las discotecas están insonorizadas según sus papeles y documentos?La realidad es que en el interior de las viviendas que están cerca de algún local se escucha la música y ruidos del interior de los locales. ¿Será que todos los vecinos de la José Antonio y alrededores somos hipersensibles al sonido?, ¿o será más bien que no están bien insonorizadas?

Otro problema es el ruido en la calle. Si se ponen discotecas en calles estrechas y residenciales es necesaria la presencia policial continua para controlar a los que les gusta hacer escándalo. Y no estamos hablando de los carnavales, que son una semana al año. Las discotecas abren cada fin de semana, algunas todos los días del año.

Todo el mundo conoce los problemas que se generan en estas calles, menos la policía local, por lo visto. Porque lo normal es que no estén, y si están no hacen todo lo que pueden para solucionar el problema. Me gustaría saber cuántas multas y sanciones se han impuesto de aquí a diez años atrás, por curiosidad.

Y todavía a pesar de todo esto sale el alcalde y algún representante de los empresarios diciendo que las discotecas y pubs cumplen con todas las leyes y normas vigentes. Una buena insonorización es carísima, cuesta casi tanto como el propio edificio. Como la primera discoteca que se puso en la José Antonio no se insonorizó (y eso quedó demostrado) y el ayuntamiento no hizo nada por corregir esa irregularidad, se ve que seguramente todas las discotecas que vinieron detrás siguieron el mismo ejemplo, no insonorizaron por no gastarse el dinero.

Los dueños de las discotecas se convierten también así en los dueños y señores del descanso ajeno, ellos deciden cuándo pueden dormir los que viven alrededor, y cuándo no. Con solo subir o bajar sus aparatos de música.

Es tremendamente indignante estar a expensas de una persona que tiene al alcance de su mano el botón del volumen. Y mientras los vecinos pasamos la noche en vela intentando dormir, no hacemos mas que pensar, minuto a minuto, porqué tenemos que aguantar esa humillación. O estamos obligados a tomar pastillas para dormir.

Pero quiero recordarles a todos que esa primera discoteca fue cerrada por un juez y el dueño condenado a cárcel. Porque el impedir el descanso a alguien es una tortura de las peores que hay. Es algo que te destruye física y moralmente.

Quiero decirle al alcalde, a todos los responsables y a los propios dueños de los locales que se dejen de hipocresía, que reconozcan que no están cumpliendo, que dejen de torturar a los vecinos y que, o bien trasladen los locales a donde no molesten, o bien insonoricen como es debido y cumplan la normativa de verdad.

Si no hay dinero para el traslado, lo mínimo que se debe hacer es que se sancione a todas las discotecas que no cumplen y que no están insonorizadas cada semana hasta que los dueños las arreglen. Y que ordenen a la policía local patrullar por las calles colindantes a la José Antonio multando a los que hacen escándalo, ensucian la calle y hacen destrozos. Eso es algo que se puede hacer desde ya. Los vecinos estamos hartos.

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