LIBERTAD Y SEGURIDAD

"...hombre de España; ni el pasado ha muerto,ni está el mañana -ni el ayer- escrito." Antonio Machado . Se tiene la impresión de que casi nada de lo que se dice públicamente responde a ...

24 de febrero de 2006 (11:37 CET)

"...hombre de España; ni el pasado ha muerto,

ni está el mañana -ni el ayer- escrito."

Antonio Machado .

Se tiene la impresión de que casi nada de lo que se dice públicamente responde a la realidad subterránea y efectiva. Y cuando se habla de futuro, o se piensa en la continuidad de lo mismo o se da por supuesto lo que va a ser. Casi siempre, "lo contrario" (que se parece tanto, que es el mero vaciado del presente). Todo ello parece que se debe a la falta de imaginación. "Ni está el mañana -ni el ayer-escrito", escribió Antonio Machado. Todavía no sabemos lo que va a ser España mañana; y no lo sabemos porque el mañana todavía no existe,y habrá que inventarlo.

Lo que sí puede saberse es cuáles son las apetencias profundas de los españoles.No quiere decirte esto que la realidad futura vaya a coincidir con ellas; primero, porque son varias; segundo, porque su interacción tiene que modificarlas; tercero, porque esas apetencias no son fijas, no están dadas y pueden variar sustancialmente de la noche a la mañana. Se trata de mirar las cartas -escondidas, claro es- que España tiene en la mano, con la que prepara las jugadas; falta por saber cómo va a jugarlas, cuáles serán las bazas. Y no olvidemos que España, plural,múltiple, escindida, perpleja, indivisible, juega consigo misma.

Los dos impulsos de orden político -o político-social- que alientan a los españoles de hoy (y creo que en la mayoría de los pueblos occidentales) son: seguridad y libertad.

Desde hace tres generaciones el resorte capital que ha movido al hombre europeo y americano, ha sido el afán de seguridad. Seguros, seguros, seguros. Pensiones, retiros, viudedades, orfanatos, medicina socializada, escolaridad asegurada, todo, desde la cuna a la sepultura -incluyendo quizá el embarazo y el aborto.

Este afán de seguridad engloba en la actualidad a derechas e izquierdas, lo mismo que según Voltaire, lo superfluo había reunido uno y otro hemisferio." ¿Quién que es no es romántico?", preguntaba Rubén Darío. ¿Quién que quiere ser político no habla de seguridad", podría preguntarse hoy.

¿Quiere esto decir que se ha desvanecido la división en derechas e izquierdas? Por supuesto no. Pero esta división no es ya propiamente política. Es cuestión de temple, de actitud, de vocabulario, de simpatías y antipatías. No se refiere a cuestiones realmente políticas, a la manera de entender el Estado, ejercer el Poder, administrar la sociedad.

Pero todavía quedanmuchos hombres y mujeres para quienes importa algo más que la seguridad. Por ejemplo, la invención, la proyección, la espontaneidad social, la posibilidad de la aventura, la iniciativa, el riesgo. Para decirlo con una sola palabra, la libertad.

No es que estas aspiraciones se excluyan enteramente. Los que insistenen la libertad no desdeñanun mínimo de seguridad, necesaria para que el hombre no esté abandonado y expuesto a la miseria, la enfermedad y el desamparo. La igualdad de oportunidades y en general la igualdad es un valorexcelente.

Esta última fracción no estaría "en el centro", sino más bien en otra dirección: la de los que temen, como Shakespeare, que la seguridad sea el "más principal enemigo de los mortales", que quieren sobre todo ir más allá, inventar, proyectar libremente, no saber lo que les va a pasar; los que creen que el mañana no está escrito.

Francisco Arias Solis

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