Crecen cada día las reacciones que tienen que ver con la decisión que ha tomado el Cabildo una vez conformado un grupo de gobierno que parece que va a ser estable -esperemos que sea así y que concluyan la legislatura- de atacar con ...
Crecen cada día las reacciones que tienen que ver con la decisión que ha tomado el Cabildo una vez conformado un grupo de gobierno que parece que va a ser estable -esperemos que sea así y que concluyan la legislatura- de atacar con dureza todo lo que sea ilegal. Crecen además no en la misma dirección, porque es obvio que hay gente, entre ellos muchos empresarios, que no están de acuerdo con la teórica persecución. No es nuestro caso, como ya hemos expuesto en infinidad de ocasiones. Seguiremos, a pesar de las presiones que también llegan hasta aquí, haciéndonos eco de cualquier decisión que tenga que ver con la lucha contra la ilegalidad, especialmente si ésta tiene que ver con un terreno tan corrompido ya como es el del turismo.
De la jornada de ayer tenemos que destacar varias cosas: en primer lugar, las declaraciones del secretario general del Partido Socialista Canario (PSC) en Lanzarote, Manuel Fajardo, quien, además de garantizar que no le va a temblar el pulso para firmar cuantas resoluciones tenga que firmar hasta que se incorpore la presidenta del Cabildo, confirmó que son muchos los establecimientos alojativos a los que no se les va a conceder licencia de apertura y que hay alguno, por si no tuviéramos suficiente, al que se le va a llevar a los tribunales porque no sólo está funcionando sin licencia de apertura sino que ni siquiera la ha solicitado, lo que ya es el colmo del disparate en el que estamos viviendo.
Destacamos también las palabras del portavoz de Alternativa Ciudadana (AC-25M) en el Cabildo, Pedro Hernández, quien además de hablar de lo insólito que resulta todo lo que rodeó la construcción del Papagayo Arena en una zona como la que ocupa actualmente se refirió a los incentivos europeos que recibieron algunos establecimientos del sur de la Isla, dinero en cantidades millonarias que además no se empleó para lo que en teoría se tendría que haber empleado.
No debemos olvidarnos tampoco de lo expuesto por el consejero de Política Territorial y Medio Ambiente del Cabildo, Carlos Espino, quien no parece dispuesto a permitir lo que podría ser el inicio de un cierto desmadre urbanístico en La Geria, donde nos consta que se están haciendo obras que cuanto menos son sospechosas. Espino, además, ha hecho algo tan sensato como demandar la colaboración de los ciudadanos, para que ayuden al mal dotado departamento de Política Territorial a detectar cualquier actuación que pudiera atentar contra la fisonomía de un lugar que tiene que ser vigilado con lupa.
Por último, en este repaso urbanístico, tranquilizar a todos aquellos que sospechaban que no era real la paralización a medias de la obra de Costa Teguise sobre la que existe una negociación. La paralización es real, lo que sucede es que, como informó este diario en su día, los promotores del proyecto no querían parar nada sin que estuviera asegurado lo que se había hecho hasta el momento.
