Se acerca Navidad. Se aproximan días de consumo materialista. Serán, como todos los años, fechas de excesos para algunos y para otros, de carencias y necesidades. La mayoría vivirá las navidades en familia, entre celebraciones, cenas y regalos; con presupuesto notable, bienestar y confort. Si creíamos que la otra cara de la moneda -pobreza, insuficiencia, carencia, necesidad- es propia de países del marginal Tercer Mundo, estamos equivocados. No hace falta ir lejos para comprobar la miseria. Incluso en una sociedad de bienestar como la nuestra coexiste la pobreza de gravedad con la abundancia. Es precisamente en los entrañables días navideños -paradójicamente en torno a quien nació en un pobre pesebre y predicó la humildad, la caridad y la austeridad- mientras los corazones se nos abren o enternecen, cuando nos percatamos de la existencia de la cercana pobreza, pues durante el resto del año, embebidos en nuestros asuntos a ritmo de estres, apenas la notamos.
Las cifras son demasiado serias y preocupantes. El 19,9 % de la población española vive por debajo del umbral de pobreza relativa -según el Instituto Nacional de Estadística (INE)- con 313 euros/mes. Por sexismo, la población femenina sale peor parada. El porcentaje de mujeres es del 20,8% y el de los hombres el 19%. Y las que trabajan, lo hacen en precariedad, con contratos basura y cobrando 17, 3% menos que los hombres. Las personas de 65 o más -sin contar mendigos-, niños y adolescentes menores de 16; viven por debajo de la pobreza relativa con un 29,6 % y un 24, 3% respectivamente. Tristemente esclarecedor. Extremadura (37%) y Andalucía (31,1%) son las autonomías más pobres. Madrid(9,5%) y Euskadi (11,2%) las menos. Y por hogares, el 7% de las familias no se permite un coche y el 44% no puede pagarse unas vacaciones fuera de casa, ni siquiera de una semana. Por prioridades, cada hogar gasta 205 euros/mes en vivienda: alquiler, hipoteca, comunidad, agua, electricidad, gas y otros. En Ceuta y Melilla por el alto precio del suelo debido a su escasez, estos 205 euros/mes se convierten en el doble o triple para alquileres e hipotecas. El 60% de las familias españolas no llegan a fin de mes o llegan con dificultad. Más de la mitad de los hogares (el 55%, 8.179 de los 14.687 que existen) no recibe prestación social, sea pensión de jubilación, subsidio de desempleo o cualquier otra ayuda estatal. Hay familias con uno o dos hijos menores de 24 años a su cargo y sin trabajo que no pueden tener ordenador personal o coche. A este paso, las futuras generaciones le huirán a emanciparse -ya sucede- y formar familia: gasta menos (159 euros/mes) quien vive solo frente a las familias de dos progenitores y un hijo con 255 euros mensuales.
Me pregunto ¿cómo pasarán la Navidad estas personas? Los que más tienen, ¿contribuyen lo suficiente para reducir la pobreza? Nuestros políticos, ¿son totalmente conscientes y predican con ejemplo y aplican medidas? ¿El Estado del Bienestar se puede permitir tal contrastre entre pobreza o carencia y abundancia o riqueza? ¿Nuestra economía será capaz de soportar largos años el calentamiento por culpa de excesivos sueldos de políticos, altos funcionarios a dedo y clases ejecutivas de toda índole? ¿Los jubilados verán peligrar sus pensiones? ¿Y los discapacitados? Por todo ésto, la situación es dramática. Urge mucho por hacer contra la pobreza. Gobierno, autonomías,empresas, ONGs, sindicatos, banca, ayuntamientos, confesiones religiosas, etcétera; deben ponerse a trabajar unitariamente para lograr reducir casi a la nada la actual miseria. Con seriedad y solidaridad. Ojalá la Navidad sirva para crear una gran alianza contra la pobreza entre poderosos. 'Paz a los Hombres de Buena Voluntad'. Por una Navidad austera, humilde, fraterna y solidaria. Social. Sin pobreza. Sin derroche.
Josep Esteve Rico Sogorb
Escritor y periodista