LA PAZ DEL DULCE HOGAR

"Mi casa es una ciudadcon una puerta a la aurora,otra más grande a la tarde,y a la noche inmensa, otra."Miguel Hernández. La supuesta tranquilidad del hogar se ve cada vez más alterada por ...

20 de febrero de 2006 (14:52 CET)

"Mi casa es una ciudad

con una puerta a la aurora,

otra más grande a la tarde,

y a la noche inmensa, otra."

Miguel Hernández.

La supuesta tranquilidad del hogar se ve cada vez más alterada por los numerosos riesgos que precisamente aparecen tras las puertas de nuestras casas. En el espacio, cada vez más reducido, que constituye el ámbito del hogar existen todo tipo de riesgos para todos sus moradores y el mayor problema de estos riesgos es que a pesar de afectar a todos los ciudadanos se les da poca importancia precisamente por su cotidianidad y obviedad.

En los países de la Unión Europea cada minuto se producen más de cien accidentes domésticos y una persona, muchas veces niños menores de 16 años, muere cada cinco minutos por este motivo. Los accidentes domésticos representan la tercera parte del total de los que se producen igualando en número a los accidentes de trabajo y a los de circulación, siendo este tipo de accidentes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las tres primeras causas de mortalidad.

Los accidentes domésticos más frecuentes son las caídas (un 40%), quemaduras (un 20%), envenenamiento por productos tóxicos (un 10%), intoxicaciones por gas (un 4%) y accidentes varios, electrocución, golpes, cortes, etc. (un 9%). Los principales afectados por estos accidentes son los niños menores de 4 años y los ancianos mayores de 65 años, estos dos grupos reúnen más accidentes que todos los restantes grupos de edad juntos.

La primera causa de tan alta siniestralidad se encuentra en el empleo inadecuado de los productos domésticos, muchos de los cuales carecen de instrucciones o son insuficientes para su correcto uso, a lo que se suma los defectos de fabricación de tales productos. Paradójicamente los accidentes domésticos aumentan según lo hace el nivel de vida.

Al nuevo tipo de vivienda se le podía aplicar cualquier calificativo menos el de segura. Cada vez son más altas y reducidas, las tomas eléctricas y las de agua están poco protegidas y los enchufes, siempre al alcance de los niños, las terrazas y ventanas de muy fácil acceso, los artefactos y aparatos mecánicos y eléctricos son cada vez más abundantes, los productos químicos y los medicamentos son más frecuentes, más llamativos y menos controlados, los muebles y juguetes no se sujetan a las normas de seguridad y un largo etcétera de objetos y circunstancias que ponen en peligro la integridad física de todos los moradores de la vivienda, pero, en especial, la de los niños. Los mayores han diseñado viviendas que no son aptas para los niños y ni siquiera para ellos.

El vertiginoso aumento de accidentes domésticos ha llevado a la UE a realizar un estudio sobre los mismos en los países miembros y el Consejo de Ministros de la UE, después de conocer la extraordinaria dimensión de este problema, adoptó la decisión de establecer el Sistema Europeo de Vigilancia de Accidentes en los Ámbitos Domésticos y de Ocio, con la finalidad de prevenir los accidentes en los que estuvieran implicados productos de consumo y crear un banco de datos comunitarios que permita crear campañas de educación al consumidor.

Pero últimamente, además de los accidentes domésticos se están incrementando notablemente los incendios, explosiones, derrumbamientos... que contribuyen a que nuestras viviendas sean cada vez lugares menos seguros. La especulación, que ha convertido a la vivienda en un bien de inversión, ha traído consigo, además de la desmesurada elevación del precio, la construcción de viviendas cuya solidez no es la deseada y el empleo de materiales de baja calidad, lo que ha puesto de moda los derrumbamientos de las viviendas. Por su parte, las explosiones por escapes de gas son otros de los peligros más habituales de los hogares, al no respetarse las medidas de seguridad ni inspeccionarse periódicamente las instalaciones.

En definitiva, cada vez son más los riesgos que perturban la paz del hogar pero esa realidad, es remediable y para ello la prevención es el principal instrumento para hacer más "dulce"el hogar que tanto cuesta conseguir.

Francisco Arias Solis

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