La cortina de humo

Tras publicar la Voz el pasado viernes la penúltima irregularidad de José Francisco Reyes en el ejercicio de sus facultades como Alcalde de Yaiza, al conceder y no informar licencias urbanísticas a una sociedad participada por Pedro ...

11 de mayo de 2007 (05:06 CET)

Tras publicar la Voz el pasado viernes la penúltima irregularidad de José Francisco Reyes en el ejercicio de sus facultades como Alcalde de Yaiza, al conceder y no informar licencias urbanísticas a una sociedad participada por Pedro ...

Tras publicar la Voz el pasado viernes la penúltima irregularidad de José Francisco Reyes en el ejercicio de sus facultades como Alcalde de Yaiza, al conceder y no informar licencias urbanísticas a una sociedad participada por Pedro de Armas, se han sucedido las previsibles reacciones de los implicados.

La algarada de insultos y descalificaciones en los canales oficiales, una cortina de humo en un vano intento de matar al mensajero, no ha aportado ni la más mínima evidencia en contra de la veracidad de la noticia aportada por La Voz.

Al contrario, las propias afirmaciones y omisiones de José Francisco Reyes y Pedro de Armas vienen a corroborar que las licencias existían y que no se informaron al Cabildo, sin entrar en mayores implicaciones que pueden ocurrírsele al común de los mortales.

Al igual que sucedió con la noticia de la licencia oculta para las 1000 viviendas, que por impactante más bien parecía increíble, el tiempo no ha hecho más que demostrar la absoluta veracidad de la información.

En las fechas en las que estamos, no es de extrañar que un alcalde bajo sospecha arremeta a la desesperada contra el medio que ha destapado sus vergüenzas. A las vísperas de unas elecciones, cualquiera comprende el vértigo de la sola posibilidad del retorno a una vida convencional y, lo que es más inquietante, el posible destape que se produciría si la alcaldía cambiara de manos. En estos casos, no es que no se quiera perder el poder, es que no se puede.

Inmersos en tan desfavorable contexto, qué mejor que echar detritus sobre el medio, inventar contubernios con dirigentes de partidos políticos y despachos de abogados y otras conspiraciones judeo-masónicas para, en definitiva, desviar la atención sobre sus pecados.

Pero la realidad es tozuda y revela que frente a la contrastada veracidad de todas las informaciones publicadas por este medio sobre los continuos escándalos urbanísticos que con tanta frecuencia protagoniza el alcalde de Yaiza (en estos días interino a la espera del pronunciamiento de las urnas) solo le queda a aquel la réplica del insulto porque, sencillamente, no se puede justificar lo injustificable.

No ha faltado el tan manido recurso a la persecución personal contra el pobre Alcalde. ¿Sería acaso mejor echarse unas copitas juntos y no perder el tiempo en minucias tales como la degradación de nuestro territorio? Mucho nos tememos que sea ese el único juego que ejercita un personaje tan triste y oscuro para la política local como el que comentamos, que no ha hecho en los últimos años más que cargar de problemas a la corporación que preside.

Lo lamentamos, perderemos algún amigo en el camino, pero no cejaremos en nuestro empeño para exigir el buen ejercicio en la labor pública y en que ello redunde en una isla mejor para las generaciones venideras.

Y sabemos que en ese empeño no estamos solos, ni mucho menos.

LO MAS LEÍDO