Y nos parece hasta bien que los que quieren amedrentar a un Gobierno legalmente constituido, haciendo uso de sus libertades democráticas, se echan a la rue, para influenciar y crear un ambiente de opinión de acuerdo con sus intereses partidarios o religiosos. Hasta ahí vale todo de acuerdo con el Art. 21 de la Constitución Española que dice: "1º. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa". Item más. "Art. 23. Los ciudadanos tiene el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegido en elecciones periódicas por sufragio universal".
Pero de eso a decir por los curas y asociaciones de su cuerda que "el Gobierno trata de eliminar la libertad de los padres para darle formación religiosa a sus hijos", va un cacho, ¡compadre!
Y es que deben saber estas gentes que no estamos, Gracias a Dios, en los años treinta, donde la Iglesia, y precisamos, no la del "Hijo del Carpintero", era dueña y señora de la ignorancia y del caciquismo. No, Señor Rouco Varela y satélites amaestrados del PP. ¡No!, ¡no! ¡Nanay de la China! Y, si no, que le pregunten a sus hijos si quieren recibir catequesis en el colegio. Venga, adelante, pregunten... No se atreven.
Todos los que hemos estudiado algo, sabemos que la Religión siempre ha sido una "María", junto con la Educación Física y aquello del Espíritu Nacional. Señores manifestantes, no me hagan reír, que se me parte el labio, y, sobre todo, no utilicen a Dios para sus resentimientos políticos y sociales, pues la educación religiosa es cosa de la familia y no de los enseñantes, que bastante tienen con su trabajo diario.
La verdad es que cuesta, desde la independencia partidaria, entender ciertas actitudes, pues se trata de una nueva Ley de Educación, todavía, en trámite parlamentario y donde no se aprecia a primera vista ni un solo problema de libertad. Ni para los padres, ni para los centros. El asunto es más lamentable aún cuando un informe de la Comisión Europea, después de un examen riguroso de la gestión educativa de los ocho años de gobierno aznarista, lo considera un desastre total, que ha dejado, además, como saldo negativo un millón de analfabetos más en España, marca sólo superada en Europa en esta triste clasificación educativa por Malta y Portugal. ¡Que Dios, repetimos, nos coja confesados!
Dicho esto, los esperamos a todos, pero en especial al clero, miembros del PP y otras asociaciones, ¿cristianas?, para manifestarse alguna vez contra la pobreza, el hambre, la corrupción política, el paro y a favor de la "paz" por nuestra calles, aunque para eso, creemos, que no tiene ustedes los "hondones" y la dignidad que en su día tuvo un hombre pobre y sabio llamado Jesucristo. Amén.
Antonio Guerra León.