Cuandopolitólogos, sociólogos e historiadores estudien y se pronuncien respecto a la segunda etapa socialista en España, probablemente se refieran a la mentira sistemática como elemento nuclear y esencial. El engaño ...
Cuandopolitólogos, sociólogos e historiadores estudien y se pronuncien
respecto a la segunda etapa socialista en España, probablemente se refieran a la
mentira sistemática como elemento nuclear y esencial. El engaño ha impregnado el
quehacer del PSOE y de los Gobiernos presididos por Rodríguez Zapatero. Unas veces
se han engañado a sí mismos y casi siempre han engañado a los demás.
Empecemos por el principio; por el acceso al poder.Fueun alarde de
autoengaño pues ningún socialista contaba con la victoria electoral siquiera días antes
de las elecciones. El mayor atentado de la Historia en España decantó la victoria hacia
el, situado fuera de juego, PSOE. Una sorpresa tan inaudita es difícil de disimular,
aunque el candidato socialista, e inminente nuevo presidente, ya en esos momentos
iniciales ocultó bastante bien su perplejidad y comenzó a mostrarnos sus magníficas
dotes de cinismo. Cuandosí comenzó a dar muestrasinequívocas de que, en ningún
caso, había contado con la posibilidad de gobernar fue cuando tuvo que formar
equipos y cuando tuvo que enfrentarse a la realidad dela toma de decisiones.
Entonces la improvisación y laincoherencia comenzaron a dar sus primeros pasos,
pasos que acompañaríanalos siete años de andadura socialista, pese al depurado
estilo manipulatorio marca de la casa.
Los engañosy manipulacioneshan sidoabsolutamenteflagrantes. Como
muestra, tenemosfalacias tan absurdas como aquello de la Alianza de Civilizaciones
desde posicionamientosanti EEUU yestrafalariosalineamientoscon dictaduras
bolivarianas y castristas. Pero también nos mintieron descaradamente con cosastan
graves como "he ordenado el cese de negociaciones con ETA", después del atentado
de laT-4. Asimismo hemos estado bombardeados porotrosengaños como las
asombrosas negaciones de la crisisdesde la Champions League, o las burdas
economías desaceleradas desde el incremento vertiginoso de las colas del paro, por no
hablar de los brotes verdes desde el hundimiento de nuestra credibilidad
internacional.
Pero quiero centrarme en lo que hemos visto en Lanzarote la semana pasada.
Nos ha visitado Rubalcaba y ha prometido, se supone preocupado por el paro,
"medidas para abaratar la contratación, en contra de lo que propone el PP que es
abaratar el despido". En la línea de la mentira como herramienta básica, el candidato
socialista ha hecho esa promesa y se ha quedado tan ancho.Lomalo no es su
impasibilidad ante tamaña mentira, que posteriormente demostraré, lo malo es que
dicho engaño tenga algún efecto en alguien.
Las dos reformas laborales queha impulsadoel gobierno socialista en la
presente legislatura y en los últimos 7 años han incidido, básicamente, en brindar al
empresariado la posibilidad de deshacerse con mayor facilidad del trabajador. Eso ha
provocado diferentes consecuencias. Desde una huelga general hasta, la consecuencia
más importante, la pragmática constatación del clamoroso fracaso de ambas reformas:
el paro sigue creciendo y sigue batiendo récords históricos jamás conocidos
anteriormente en España. Anecdótica pero ilustrativamente, debo recordar lo que
proclamaba Rodríguez Zapatero nada más aprobarse la primera de las reformas en
2010:"? no es para 6 u 8 años, es para mucho tiempo".Concretamente tardó en
plantear la segunda reforma6 u 8 meses, en consonancia con lo que ha sido su forma
de gobernar España.
Pero, ¿y Rubalcaba? ¿Acaso no era el Vicepresidente?
El candidato socialista, cuando ha venido a Lanzarote a hacer campaña
electoral, retoma el testigo de su jefe de filas y continúa con el engaño como seña de
identidad.Tratainútilmente de zafarse de su condición de vicerresponsable de las
irresponsables políticas que nos han llevado a la caótica situación que estamos
viviendo. Es un insulto a los ciudadanos, y más a los que soportan el drama del paro,
las afirmaciones objeto de este artículo de opinión. No es justo que el que ha
coimpulsado las dos desgraciadasreformas laborales que han abaratado el despido y
que han contribuidoal agravamiento de la lacra del desempleo, prometa 5 meses
después, lo contrario de lo que perseguían dichas reformas. No es justo, además, esa
alocada huída hacia adelante en la que reniegaantagónicamentede sus acciones
políticas al tiempo en que arremete contra el Partido Popular. Es sabida la posición del
PP respecto a este asunto. Es conocido el argumento Popular de que lo que se debe
hacer es fomentar la empleabilidad y no abaratar el despido. De hecho, fruto de la
clarísima posición del PP respecto a esta problemática es por lo que no apoyamos las
fatídicas reformas laborales socialistas y por lo que, por ejemplo y entre otras muchas
medidas, Mariano Rajoy ha propuesto la deducción de 3.000? a los autónomos por la
contratación del primer trabajador.
Quedan demostradas, por todo ello, dos posiciones opuestas: por un lado la del
PP, contraria al abaratamiento del despido, en virtud de no haber apoyado en el
Congreso de los Diputados las dos reformas laborales de Zapatero/Rubalcaba, las
cuales perseguían la facilidad del despido y también en virtud de las medidas que no
sólo en precampaña estamos proponiendo; de hecho llevamos planteando medidas,
desde hace años, que sistemáticamente son rechazadas. Por otro lado queda
demostrada la postura del PSOE: mentir respecto a lo hecho por ellos mismos y mentirrespecto a lo hecho por los demás. Es la segunda vez en15 años que vivimos una
situación límite y también la segunda en que el balance del drama lo presenta el PSOE.En esas dos situaciones ha sido protagonista el Sr. Pérez Rubalcaba. Un Partido
Político tan importantey tan esencial para Españacomoel PSOE, no se merece los
balances de gestión que han presentado sus responsables en esta última etapa
democrática española. Ojalá España no tuviese que reprochar al PSOE lo que, sin lugar
a dudas, tiene que reprocharle. Ojalá España, Canarias y Lanzarote tuviesen motivos de
agradecimiento para con el socialismo en los últimos años, pero no es así. Y digo que
ojalá pues nos habríamos ahorrado un sufrimientohacia el que, como mínimo, hay
que ser respetuosos. Y se es respetuoso diciendo la verdad.
Rubalcaba ganaría credibilidad si su mensaje fuese pedir disculpas y, sin
embargo,lapierde cuando, como recientemente en Arrecife, sigue instalado en el
engaño.
Sigfrid Soria del Castillo-Olivares
Junta Directiva Nacional
PARTIDO POPULAR