En el debate sobre el camino a tomar con el tema vasco, hay que separar dos cosas muy diferentes: una es lo que ETA y otros muchos vascos piden o pedirían, que es totalmente legítimo y de sentido común, y otra de muy diferente es como ETA lo pedía. ETA usaba la guerra y esto la mayoría de gente lo rechazaba, igual como también rechazamos la guerra y violencia de Bush, o la guerra y violencia del franquismo, etc... Finalmente, ETA se ha dado cuenta que este camino no sirve para defender a la nación vasca. Por esto, llegar a permitir que Euskal Herria se autodetermine no seria ceder a lo que ETA quería, sino que seria permitir lo que siempre se hubiera debido permitir, pero que era ensuciado por su acción armada. Pero sinceramente, en este nuevo escenario, quien más me hace dudar de que se actúe con democracia y con respeto no es ETA sino España, su Gobierno, y su clase política y económica. Ahora, sin la excusa de no ceder al chantaje de los violentos, se verá lo que los catalanes ya hemos visto con el Estatut por la vía democrática que tanto elogian: que los políticos y élites económicas de España no respetan ni reconocen las naciones que la forman y que todo lo diluyen en una cierta descentralización hacia las autonomías. Tengo la firme sospecha que el Gobierno dice que el proceso será largo porqué en realidad se quiere hablar mucho paz pero no se quiere dar ningún paso adelante en materia política. Por esto alguna gente decía que a algunos les interesaba el terrorismo de ETA para mantener inmóvil un modelo de España que no tuviera en cuenta las naciones en su sí. La única esperanza es que la ciudadanía fuerce a una evolución.
Jordi Oriola i Folch