El tema que en estos días está acaparando la atención del público, que está, como diría el otro, en el "candelabro", es el de los Factores 1 y 2 del Dr. Meléndez, mas conocidos como "los polvos" del citado doctor en Bioquímica.
Uno forma parte de dicho público y siente una particular sensibilidad y atracción por todo lo relacionado con la salud y sus implicaciones, no solo individuales, sino sociales, por tratarse, evidentemente, de un asunto
primordial, de capital importancia.
Mas de un año hace ya que trabé conocimiento indirecto con los "polvos" en cuestión a través de amigos que habían comenzado su tratamiento con ellos, amén de la dieta que debían seguir durante su ingesta; dieta que básicamente
consiste, según deduje de sus comentarios, en suprimir la ingesta de hidratos de carbono, actuando los factores 1 y 2 a modo de complemento alimenticio ante dicha supresión. Obvio es puntualizar que todos las opiniones que solicité fueron ampliamente laudatorias para con el tratamiento en cuestión, sin que nadie presentase ninguna queja o
contestación para con el mismo, ni existieran controversias al respecto. Lo cierto es que ya son miles quienes están siguiéndolo, lo cual da a todo ello un cierto grado de trascendencia y condiciones terapéuticas, imposibles de ignorar. Además, y, como dice el viejo refrán: "algo tendrá el agua cuando la bendicen".
Al igual que Beltrán Duguesclin, en todo este asunto ni quito ni pongo rey, ni trato de ayudar a nadie. Los implicados en él bien que se bastan y sobran para ello. Tampoco pretendo elucidar la naturaleza química -por otro lado bien conocida- de los tales factores. Lo que intento es despejar algunas dudas o incertidumbres que me han surgido con el devenir de los hechos, en estos últimos días.
Con fecha 13 de los corrientes, se publicó en el BOC una resolución, a mi juicio un tanto ambigua, del Servicio Canario de Salud mediante la cual quedaban prohibidos el suministro, la prescripción y la dispensación de los factores 1 y 2, por suponer estos un riesgo inminente y grave para la salud. Al día siguiente, el portavoz del Gobierno de Canarias aclaró a los diversos medios que los "polvos" del Dr. Meléndez no estaban prohibidos como
tales al no ser drogas y que "otra cuestión es que se prescriban para curar enfermedades" ¿Que se prescriban?
Días después, la Agencia Española del Medicamento y productos Sanitarios declaró ilegales los polvos en cuestión.
A la vista de todo ello, lejos de aclararse las posibles dudas e incertidumbres de los numerosos usuarios actuales de tales factores, así como las de los potenciales consumidores, estas se hacen cada vez mas espesas. Por otra parte, como quiera que los polvos esos "molan" a un
considerable número de usuarios de los mismos -y esto es un hecho, no una conjetura- la polémica va tomando cuerpo, surgiendo en su estela algunas preguntas: ¿Es realmente nociva la ingesta de estos factores durante un tiempo indefinido? ¿En cuanto cabría evaluar ese lapso de tiempo? ¿Que tipo de daños o disfunciones se presume podrían causar en el organismo?
Por otra parte ¿Qué fármacos, y quien lo garantiza, están exentos de posibles efectos secundarios nocivos cuando se hace un uso prolongado de ellos, como es el caso de muchísimos pacientes, yo incluido? Por todo ello, y en vista de los acontecimientos ¿En que quedamos..?
J. Lavín