En Memoria de Don Antonio Dols

Ayer me llegó la noticia. ayer me revelaste que Don Antonio Dols nos dejó meses atrás. ayer descubrí que dejó este mundo para reunirse con su Creador.Te fuiste con tu fe tras toda una vida dedicada a los demás.Ayer ...

5 de mayo de 2006 (12:40 CET)

Ayer me llegó la noticia. ayer me revelaste que Don Antonio Dols nos dejó meses atrás. ayer descubrí que dejó este mundo para reunirse con su Creador.

Te fuiste con tu fe tras toda una vida dedicada a los demás.

Ayer descubrí que la tristeza la añoranza que sentí, tan solo es reflejo y espejismo tras tu partida. porque sé que nos separa ese velo etéreo y frágil, espiritual y místico que tú ya has traspasado. ese túnel de luz apacible y amoroso que guía de regreso a casa. hacia lugares conocidos, familiares y acogedores desde los que un día llegamos tras el nacimiento y la encarnación.

Ayer alguien me reveló la noticia, ayer. un día de marzo del año dos mil seis descubrí que. ya no volvería a reunirme contigo para proseguir nuestras conversaciones, para recibir tus consejos, para intercambiar opiniones.

Ayer. es hoy. los recuerdos del pasado son presentes constantes. y en unos minutos dejaré a un lado lápiz y papel para reunirme una tarde más contigo en Tagua.

Ayer es hoy. y aun sabiendo que no te veré físicamente, mi alma, mi corazón me dice que. aquellas personas que realmente me importan, siempre permanecen, aunque la distancia sea obstáculo, aunque el tiempo erija muros

que separan.

Ayer -que siempre es hoy- descubrí que dejaste este mundo, que partiste tras cumplir con tu vida y tu destino llevando amor, fe, paz y esperanza a los corazones de cuantos te conocieron y disfrutaron de tus consejos y tu

compañía.

Ayer -que para siempre es hoy- volví a reunirme contigo, aquella tarde en la que -como una de tantas- me acompañaste a través de mi camino espiritual, de mi fe y mis creencias.

Hoy. ahora. junto a estos sentimientos y estas palabras, a lo largo del día, surge tu recuerdo y sé que desde donde quiera que estés guías mis pasos y mi alma como antaño. como el pastor que vela por su rebaño, como el acompañante

espiritual que atendió mis inquietudes, mis dudas y mis preguntas.

Así este camino de la vida en el que tratamos de contribuir con pensamientos, palabras y obras a que este mundo sea un lugar en el que vivir en paz.

Hoy. reflejo estas palabras y con ellas este reencuentro me ha acercado más a ti, a tus obras, a tu día a día, a tu ejemplo y a la labor que desempeñaste, a tu apostolado. a toda una vida dedicada al sacerdocio, a los fieles y a los creyentes.

Tomás Quevedo Morilla

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