En busca del Puesto perdido

Cuando la prensa valora positivamente el trabajo de un político comienzan los recelos. Es normal que estos se produzcan, porque los políticos lo único que tienen que hacer es cumplir su obligación, que no es otra que defender de la ...

9 de noviembre de 2005 (20:53 CET)

Cuando la prensa valora positivamente el trabajo de un político comienzan los recelos. Es normal que estos se produzcan, porque los políticos lo único que tienen que hacer es cumplir su obligación, que no es otra que defender de la ...

Cuando la prensa valora positivamente el trabajo de un político comienzan los recelos. Es normal que estos se produzcan, porque los políticos lo único que tienen que hacer es cumplir su obligación, que no es otra que defender de la mejor forma posible los intereses de los ciudadanos y trabajar duro por ellos. Se trata de un "oficio" que se realiza de forma voluntaria, de ahí que el que se mete tiene que dar el do de pecho. Sin embargo, estamos tan acostumbrados a que muchos políticos no den ni golpe, pasen sin pena ni gloria por unas carreras que únicamente sirven para engordar su cuenta corriente, que la gente desconfía.

Marcial Martín es uno de esos pocos políticos que se gana de largo el sueldo que cobra. Ahora como director insular de la Administración General del Estado está demostrando que no hace falta el servilismo ni la papanatería para reclamar lo que en justicia corresponde a la isla en la que uno vive. Es cierto que es el representante del Gobierno central en Lanzarote, pero también es cierto que ha sabido darle un giro magistral a este concepto, y más que representante del Gobierno parece haberse convertido en un interlocutor de los ciudadanos de la Isla frente a Madrid. Le agradecemos profundamente además el trato que dispensa a todos los medios de comunicación, y la forma en la que comprende y facilita nuestra labor. Un buen ejemplo lo tuvimos este miércoles.

En esta edición explicamos con detalle que las gestiones llevadas a cabo desde tiempos inmemoriales por las diferentes instituciones y representantes públicos de la Isla para la implantación del tan ansiado Punto de Inspección Fronteriza (PIF) podrían cristalizar a lo largo de los próximos meses, y el PIF podría ser una realidad en un plazo de tiempo relativamente corto. Esta cuestión, que a muchos puede sonarles a chino después de las reiteradas promesas que se han incumplido al respecto a lo largo de los últimos años, se desprende de la última carta remitida por el Ministerio de Administraciones Públicas al Delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, en la cual queda de manifiesto la intención del Ministerio de dotar de los medios humanos necesarios para que dicho punto comience a funcionar.

La información la transmitió en el Cabildo el propio Marcial Martín, quien entregó a la prensa un magnífico dossier en el que se detalla al milímetro el tortuoso camino que ha seguido este proyecto, que tiene como principal objetivo terminar con una tremenda injusticia para todos los habitantes de las islas no capitalinas como es la doble insularidad, triple si nos referimos a La Graciosa o la Isla de Lobos.

Lo que ocurre es que hasta que los pastores no vean al lobo ya no creerán a sus políticos, porque han sido muchas las veces que se avistaba la cercanía de la medida y muchas las excusas que se han puesto para justificar su no llegada. Es un tema tan importante, fundamental entre otras cosas para abaratar la que sigue siendo la segunda cesta de la compra más alta de Canarias, que tiene que salir adelante como sea. Confiamos en el empeño de Marcial Martín, en sus ganas de luchar por ello, tal y como ha hecho con la nueva comisaría de la Policía Nacional, con el aumento de las plantillas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado o con la implantación de sistema de vigilancia para luchar contra las mafias de la inmigración, por citar algunos ejemplos de su trabajo más reciente.

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