El "señorío" y la legalidad

En 1404 el normando Jean de Bethencourt conquistó Lanzarote y, cruelmente, impuso el "señorío" a sus pobladores, que a pesar de sublevarse repetida y valerosamente contra el régimen feudal que los entregaba a los caprichos del ...

23 de enero de 2006 (15:14 CET)

En 1404 el normandoJean de Bethencourt conquistó Lanzarote y, cruelmente, impuso el "señorío" a sus pobladores, que a pesar de sublevarse repetida y valerosamente contra el régimen feudal que los entregaba a los caprichos del amo... de turno,y en 1.475pedir al Rey "tome la isla bajo su autoridad", no lo lograronhasta que los señoríos fueron abolidos por la Constitución de Cádiz (1812). Nuestros ascendientes soportaron durante sigloslas injusticias del"señorío", que reprimía la libertad de comercio, de industria y de trabajo yhurtaba recursos en forma de diezmos. Los amos no sólo eran poseedores de la tierra, sino queejercían fieros dominios sobre los tiranizados campesinos que la labraban...También los conejeros, junto a los majoreros, tuvimos que soportar desde el Siglo XVII la brutal coacción de las Islas realengas (Gran Canaria, Tenerife, La Palma) al imponernos la egoísta obligación de ser sus proveedores de cereales (trigo, cebada, centeno...), intimándonos a trabajar la tierra como esclavos para conseguir mínima renta, incluso cultivar las calderas de las montañas. Los habitantes de las realengas desvaloraban nuestras cosechas a precios de "hambre", imputándonos además, inicuamente,el canon de contribución rústica más gravoso de canarias y, para mas escarnio, nos vedaron por ley durante siglos exportar nuestros cereales a otros países, forzándonoscruelmente a su exclusivo monopolio...

A pesar de tanto aprieto, muchos ciudadanos deesta virtuosa Isla resistimosdesde el año constitucional de 1978 al nuevo señorío gobernador, con su séquito de avaros cómplices que, tercamente, intenta avasallar ypulverizar la libertad de expresión, dilapida la riqueza pública a su retorcida merced con enchufes, pícaras prerrogativas, desacatos, dobleces documentales, omisiones, olvidos, desprecio a la legalidad vigentey "errores", muchos... muchos... errores.Nos chupan la sangre con alzas sorprendentesde los Impuestos (en Arrecife el 0.970%sobre el valor catastral de cualquier vivienda, cuando la ley prevé un mínimo del 0,40 por cien; con este tipo de gravamen, por ejemplo,una vivienda de 30 millones pagará cada año al Ayuntamiento ¡291.000 pesetas! de contribución... es decir, similar aunalquiler de ¡24.250 pesetas mes!. Si aplicaran el 0.40% el alquiler sería de 10.000 pesetas mes, por supuesto, caro, muy caro... si conjugamoslos Servicios que el Ayuntamiento ofrece a los vecinos: por no tener no tenemos ni Plaza de Mercado (nuestra anhelada Recova) ineludiblepara regular losprecios de la alimentación... que ahora mismo nos ahogan. Han hundido la agricultura, la ganadería, la industria pesquera... Abrieron la puerta a la destrucción denuestro trascendentalterritorio y delvaliosísimo litoral (el mejor laboratorio de flora y fauna marina del país, excepcional para investigaciones médicas avanzadas según testificanacreditados científicos),auxiliado por susinsolentes burócratas, tunantes arbitrarios, derrochadoramente financiados de los fondos públicos, todos a su obligado sometimiento, estimulandoculebrones hasta la excitación degradante, y vergonzosas chanzas al principio de legalidad, con incesante y depravada burla aciudadanos, Jueces y Tribunales con recursos tramposos...,que agravia, mortifica y aviva náuseas de animadversión.

Reprendiendo a toda esa manada de bribones, nuestro insigne y universal César, el gran defensor de la fascinante naturaleza,expresó, con el valor enardecido de su heroica palabra: "No debemos desfallecer, hay que seguir adelante, estar vigilantes y mantener viva la conciencia crítica, pues el futuro nunca está conseguido, lo tenemos que hacer desde el presente"...

Ramón Pérez Hernández

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