Una de las características que distingue a los humanos es la facilidad con la que se responsabilizan de sus éxitos frente a lo mucho que les cuesta hacerlo con sus fracasos. Y la diferencia se agudiza si los humanos son además ...
Una de las características que distingue a los humanos es la facilidad con la que se responsabilizan de sus éxitos frente a lo mucho que les cuesta hacerlo con sus fracasos. Y la diferencia se agudiza si los humanos son además españoles.
Por lo tanto, no puede sorprendernos que los políticos que rigen las comunidades autónomas de este país no se hagan responsables de sus fracasos y culpen a otros por ellos. Y si hablamos de fracaso y de autonomías, Canarias constituye el paradigma español.
La semana pasada se discutían los presupuestas del Gobierno regional, y el consejero responsable, en lugar de centrarse en lo que está pasando en el Archipiélago, hacía lo de siempre: "Ortiz carga contra el Estado. El consejero hace culpable a Madrid del incremento del paro previsto" (Canarias 7, 28-11-12).
El hecho de que el 34 por ciento de la población activa vaya a estar en paro el año que viene justifica sobradamente que se pueda hablar del fracaso de la política en Canarias. Por desgracia, no es el único aspecto negativo por el que destacamos: Canarias es la autonomía con los salarios más bajos del país, con la mayor desigualdad, con más porcentaje de hogares por debajo del umbral de la pobreza... Canarias sobresale también por la economía sumergida, por el fracaso escolar o por los malos resultados de los estudiantes que no fracasan, por la escasa competencia de sus administraciones públicas, que ha logrado también que la sanidad y la dependencia aparezcan en todos los estudios entre las peores de la nación... y para qué seguir.
Hace dos semanas se hacía pública la carta que el presidente del Gobierno de Canarias le envió al de España, en la que resumía la profunda crisis canaria con el dato de la renta por habitante: "En 2011 Canarias estaba a un 85,1% de la media estatal frente al 97,6 del año 1999" (Canarias 7, 18-11-12). Como buen nacionalista, Paulino Rivero viene a decir que este desastre se ha producido porque España nos roba: "Canarias es la Comunidad Autónoma peor financiada por el Estado". Aunque también señala otro par de razones: "la crisis y el incremento poblacional".
El discurso no se sostiene: la crisis no diferencia a Canarias del resto de las comunidades, el incremento poblacional tampoco de varias de ellas y la afirmación de Rivero sobre la financiación del Estado es simplemente falsa. La realidad es que Canarias, como era de esperar debido a su Régimen Económico y Fiscal, es una de las comunidades autónomas mejor financiadas por el Estado.
De hecho, como ponen de relieve las balanzas fiscales publicadas en 2005 y 2008 por el Gobierno de España, solamente hay tres autonomías más favorecidas que Canarias: Extremadura, Asturias y Galicia.
Ahora bien, el dato que Rivero aporta es cierto... y tremendo: los canarios se han empobrecido en un 12 por ciento respecto a la media nacional en 12 años. Y falta por añadir que semejante empobrecimiento relativo resulta excepcional en España.
El hecho es que, cuando se inició el proceso autonómico en 1980, Canarias se situaba casi en la media nacional de riqueza per cápita y que después de tres décadas de descentralización se ha alejado de esa media en 15 puntos. En consecuencia, debe decirse que la autonomía ha resultado un fracaso en Canarias.
Y como no puede ser de otra forma, la principal responsabilidad por el descalabro debe imputarse a quienes han gobernado la comunidad autónoma. Puesto que ese fracaso, como pone de relieve Rivero en su carta, se ha producido en su mayor parte durante las dos décadas en las que Coalición Canaria ha gobernado el Archipiélago, y es además anterior a la actual crisis económica, pues debería resultar obvio quiénes han sido los primeros responsables ?aunque no los únicos, claro está? del empobrecimiento de la sociedad canaria, del fracaso de la autonomía en Canarias.