El año de los buenos deseos

Nació cargado de ilusiones y de proyectos. Estaba casi estrenando grupo de gobierno en el Cabildo y en Arrecife, iba a vivir el primer referéndum celebrado en Canarias, estaba ilusionado porque vería la culminación de un largo ...

2 de enero de 2007 (02:54 CET)

Nació cargado de ilusiones y de proyectos. Estaba casi estrenando grupo de gobierno en el Cabildo y en Arrecife, iba a vivir el primer referéndum celebrado en Canarias, estaba ilusionado porque vería la culminación de un largo ...

Nació cargado de ilusiones y de proyectos. Estaba casi estrenando grupo de gobierno en el Cabildo y en Arrecife, iba a vivir el primer referéndum celebrado en Canarias, estaba ilusionado porque vería la culminación de un largo proceso hasta conseguir una cámara de comercio propia para Lanzarote, y tenía por delante importantes retos en política territorial. Sin embargo, conforme fueron avanzando sus meses, el 2006 se fue desinflando.

El pacto de gobierno, que ya empezó el año habiendo pasado los primeros problemas, fue complicándose y tensándose cada vez más, hasta el punto que las discrepancias entre CC y el PSOE hicieron imposible prosperar muchos proyectos. De hecho, ni siquiera pudo dar la prometida estabilidad a la que habían apelado los socios para firmar esta alianza. La crisis se instaló casi desde que se firmó el pacto, hasta que finalmente, y tras una larga agonía, terminó por romperse. En definitiva, nada que no hubieran visto ya varias veces los años anteriores.

Después se enfrentó a las crisis internas de los partidos, aunque eso tampoco era una novedad. En 2003 le tocó a Coalición Canaria, en 2004 y 2005 al PIL y al PP, y en 2006 ha sido el turno del Partido Socialista, que empezará el nuevo año arrastrando las secuelas de una fuerte división interna que ha terminado con la creación de una gestora en Arrecife y con la apertura de un expediente disciplinario a Miguel Ángel Leal. Y aunque en este año también se ha sellado una alianza nacionalista con la integración de ApL en Coalición Canaria, también han seguido coleando otras crisis, como la del PP y la de Alternativa Ciudadana, donde Pedro Hernández se resiste a perder protagonismo, a pesar de haber perdido la confianza de muchos de sus compañeros de partido, que incluso le pidieron que abandonara su acta de consejero del Cabildo.

Pero si en el terreno político no ha sido un año brillante, ni podrá ser recordado por grandes avances ni decisiones políticas, en otros capítulos no ha tenido mejor suerte. La esperada creación de la Cámara de Comercio tampoco resultó un momento tan dulce como se esperaba. Después de una jornada electoral marcada por la desorganización, se empezó a vislumbrar que lejos de servir para unir al empresariado lanzaroteño, esta nueva cámara iba a ser un motivo de mayor división. Incluso, la isla llegó a presenciar espectáculos más que desagradables con gritos, abucheos e insultos al director de Comercio del Gobierno de Canarias, en los que jugó un triste papel protagonista quien hoy preside esa Cámara. Y todo porque los vencedores de los comicios, la Plataforma Promotora de la Cámara de Comercio, no querían aceptar la lista de vocales colaboradores propuesta por la Confederación de Empresarios de Lanzarote. Al final cedieron y, después de varios retrasos, el pleno de la Cámara pudo constituirse el pasado mes de julio, pero ya nació empañado y marcado por una agria polémica entre los sectores empresariales de la isla.

Tampoco corrió mejor suerte el referéndum convocado por el Ayuntamiento de San Bartolomé para intentar agregar el topónimo Ajey al nombre del municipio. Y es que al margen de que prosperó el No, sin duda lo peor de la cita fue la baja participación de los vecinos, que no se implicaron en esta cita con las urnas.

Además, a todo esto hay que agregar que terminamos el año con la entrada en prisión de Dimas Martín, y que varios políticos, como Juan Ramírez, José Francisco Reyes y Juan Pedro Hernández, serán juzgados por presuntos delitos urbanísticos, mientras en Canarias han aflorando escándalos de corrupción que han trascendido a toda España.

Obviamente, no todo ha sido nefasto. En estos meses la isla ha acogido el primer Congreso de Reservas de la Biosfera de todo el país, y ha vuelto a recibir a los Reyes de España y al presidente del Gobierno, convirtiéndose así en escaparate nacional.

Además, hemos visto nacer la Sociedad de Promoción del Turismo, que supone una esperanza para este sector preocupado por el retroceso en las cifras de ocupación, se ha obtenido una victoria histórica en la Justicia en el pleito que el Cabildo mantenía con el Gobierno de Canarias por el reparto del REF, y se ha conseguido el compromiso del Gobierno de Zapatero para expropiar y demoler el Papagayo Arena y para adquirir la Isleta de La Santa, lo que supone un respaldo a la apuesta de la sociedad lanzaroteña por la protección y conservación del territorio.

Sin embargo, también han aflorado las obras ilegales de empresas y particulares, y se han vivido importantes conflictos laborales, como el del Conservatorio de Música, la Escuela de Hostelería, los trabajadores de limpieza de Costa Teguise y los empleados en tierra de Iberia y de Binter, entre otros.

De estos problemas, muchos se arrastrarán al 2007 que comienza, poniéndoselo ya difícil desde el arranque, pero la esperanza de ir a mejor es lo último que se pierde. Aunque el nuevo añito vaya a tener que lidiar con una campaña electoral, unas elecciones y una posterior etapa de negociación de nuevos pactos? Que Dios le coja confesado.

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