No cabe duda de que 2005 va a pasar a la historia como el año de los intentos de cambio político: reformas de los estatutos de autonomía, reformas legislativas, reforma del Senado... Parece que ha entrado prisa por reformarlo todo. ...
No cabe duda de que 2005 va a pasar a la historia como el año de los intentos de cambio político: reformas de los estatutos de autonomía, reformas legislativas, reforma del Senado... Parece que ha entrado prisa por reformarlo todo.
Por un lado, hay que decir que está bien, porque el inmovilismo que algunos proponen tampoco favorece la adaptación de la política a la realidad social del momento, y porque además se consiguen mejorar aspectos que o no se tuvieron en cuenta o no se quisieron tener en cuenta cuando se crearon las leyes o cuando se establecieron los sistemas de representación política. En Canarias estamos inmersos en estos momentos en una reforma del Estatuto de Autonomía que hasta este viernes parecía un camino de rosas, cuando se daba por hecho que los asuntos más espinosos no se iban a tocar. El giro dado por el Partido Popular (PP) y por el Partido Socialista Canario (PSC) con la inclusión en la reforma de una lista regional de quince diputados ha disparado todas las alarmas en las islas no capitalinas. Con razón, tal y como recoge en su edición de hoy este diario, todos los partidos políticos de Lanzarote han puesto el grito en el cielo ante lo que parece un claro intento de romper el equilibrio que existe entre las dos islas más habitadas y el resto.
Por lo que se refiere a la política nacional, la noticia estaba este lunes en la Cámara Alta, donde se celebró el primer debate sobre el Estado de las Autonomías desde 1997. En él, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció que creará una ponencia en esta Cámara para que opine sobre su reforma y que se aumentarán los anticipos a cuenta para corregir las "disfunciones" en la financiación, reiterando además que los Estatutos pueden intervenir en el sistema de financiación, pero que su configuración se realice en una ley estatal y tras una concertación con las Comunidades.
Durante el importante debate en la Cámara Alta, que se prolongará hasta el miércoles, el presidente del Gobierno tiene previsto avanzar sus planes de la reforma constitucional, centrada en cuatro puntos: la igualdad de sexos en la sucesión a la Corona, la especificación del nombre de las comunidades autónomas, la inclusión de una referencia a la Constitución Europea y la reforma del Senado para profundizar en su carácter territorial.
En la foto de familia, en la que no estuvo el presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, por haber sido hospitalizado tras sufrir un infarto, se pudo ver a un sonriente Adán Martín, quien habló precisamente desde Madrid de la preocupación que tiene por el malestar que existe en las islas no capitalinas a cuenta de la propuesta de la lista regional de populares y socialistas. Tanto Adán Martín como el resto de presidentes coinciden en la defensa de la propuesta que el propio Rodríguez Zapatero se ha empeñado en mantener -no hay que olvidar que fue una de sus promesas electorales-, el convertir al Senado en una verdadera cámara de representación territorial, donde las comunidades autónomas tengan voz y voto, donde se debatan los verdaderos problemas que preocupan a los ciudadanos de las diecisiete comunidades y de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. De este modo, como se ha repetido hasta la saciedad, se daría una función más efectiva a la Cámara Alta y se terminaría con la imagen que arrastra desde hace muchos años, con la imagen de un lugar destinado a los elefantes políticos.