La noticia del nacimiento de dos delfines en el zoológico de Barcelona ha aparecido en todos los medios de comunicación. Informan también que en lo que va de año han nacido 52 animales en el mismo zoo, lo que olvidan mencionar es cuántos animales han muerto en este tiempo.
Los zoos divulgan ampliamente cada nacimiento y llegada de animales a sus colecciones. Sin embargo, ocultan el gran número de fallecimientos causados por estrés, enfermedades y accidentes provocados por la ansiedad y frustración que les impone el ambiente artificial del cautiverio. Cuántas notas de prensa se pasaron por la muerte de un rinoceronte blanco atacado por sus compañeros de jaula? Irónicamente, las calles de la ciudad de Barcelona están llenas de banderolas que dicen "Salvemos a los rinocerontes, ven al zoo".
Pocas especies se reproducen naturalmente en las condiciones de cautiverio y la mayoría de los nacimientos son resultado de la reproducción asistida. Igualmente, pocas crías llegan a la edad adulta ya que existe un alto nivel de mortalidad debido tanto a enfermedades como al rechazo de parte de sus madres que en cautividad no han aprendido la conducta maternal que en su estado natural hubieran adquirido de otros miembros de su grupo.
Por el futuro que les espera a estos nuevos delfines, de entrenamientos, mantenidos en estado de hambre para que actúen a cambio de un trozo de pescado y encerrados en un tanque de cemento sin más que hacer que dar vueltas durante el resto de sus vidas, más les valdría no haber nacido.
Jennifer Berengueras
Coordinadora Campañas Fundación FAADA
