Les escribe una madre que sufre pensando qué será de mi hijo cuando yo falte. Viendo el panorama político me parece que no es muy halagüeño.
Mi hijo padece una terrible enfermedad llamada esquizofrenia. Mi hijo, gracias a Dios, no está así por haber consumido sustancias tóxicas, pero sé de otras madres que sufren igual que yo o más porque sus hijos están en esta situación debido a la porquería que se meten en el cuerpo, porque personas, si es que se les puede llamar personas a esos sinvergüenzas, con tal de ganar dinero destrozan a familias enteras. Es muy triste y lamentable todo lo que está ocurriendo en el mundo entero, y en mi tierra, en mis islas afortunadas, aunque parece que ya no lo son tanto.
Muchas veces he sentido vergüenza de lo que está ocurriendo en Canarias. Cuando escucho las noticias me pongo enferma, triste, muy triste, porque a mi marido y a mí nos hicieron mucho daño por culpa de un político que no supo o no quiso cumplir con su deber, pero nosotros como buenos cristianos le hemos perdonado para que Dios todopoderoso, principio y fin de todas las cosas, nos perdone a nosotros también. Qué bonito, qué bello y qué hermoso es amar, qué felices seríamos todos si nos amáramos como hermanos, como dijo Cristo.
Ahora me vino a la memoria un viejo dicho que dice así: de la vida llevarás la comida, si es que comiste, buenas obras si es que las hiciste, la mortaja que te viste y nada más.
Señores políticos, piensen mucho en la gran verdad que encierra este viejo dicho.
Volviendo al tema de la enfermedad de mi hijo, cuando lo miro lo veo tan bello, tan alto, tan fuerte, tan hermoso de cuerpo y alma, pero que su cabecita no funciona como él y yo quisiéramos. Siento una pena muy grande, pero aquí estamos su padre y yo para darle mucho amor, que es lo más que necesitan todos estos enfermos. Pero no dejo de pensar qué será de él el día que nosotros faltemos. Sufro por él y por todos los que padecen esta terrible enfermedad, sufro por todas las cosas malas que están pasando en el mundo, sufro pro la poca sensibilidad de algunos políticos que nos pidieron su voto y nosotros confiados se lo dimos pensando que nos iban a solucionar nuestros problemas.
Es por eso que les pido por favor que sean personas cuatro haches como digo yo. Con esto quiero decir honor, honradez, honestidad y humildad. De ustedes depende que haya paz en el mundo.
Un abrazo muy fuerte de una madre que sufre y llora por la injusticia social.
Francisca Parrilla Elvira