Carta abierta a la plantilla de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote

Por Carlos Espino El anuncio de mi citación a declarar como imputado, el próximo 14 de diciembre, me obliga a responder ante los hombres y mujeres con los que compartí algo más de dos intensos años de trabajo, en los Centros de Arte, Cultura y ...

12 de noviembre de 2010 (14:16 CET)
Por Carlos Espino
El anuncio de mi citación a declarar como imputado, el próximo 14 de diciembre, me obliga a responder ante los hombres y mujeres con los que compartí algo más de dos intensos años de trabajo, en los Centros de Arte, Cultura y ...

El anuncio de mi citación a declarar como imputado, el próximo 14 de diciembre, me obliga a responder ante los hombres y mujeres con los que compartí algo más de dos intensos años de trabajo, en los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo.

Un periodo que comenzó en plena bonanza económica y que nos llevó a acometer multitud de reformas en los Centros, con el ánimo de dar respuesta a la etapa anterior, caracterizada por una política de nula inversión en las instalaciones que diseñara César Manrique.

Siento que debo dar explicaciones a quienes entonces pedí un esfuerzo extraordinario de dedicación y confianza, desde el convencimiento de que numerosos errores que lastraban el buen funcionamiento de los Centros podían ser corregidos. A todos ellos, gracias.

La primera hazaña fue alcanzar en un plazo récord de tres meses las condiciones para obtener la ISO 14.001, una norma diseñada para conseguir un equilibrio entre el mantenimiento de la rentabilidad y la reducción de los impactos en el medio ambiente. El anterior consejero inició los trámites pero la plantilla lo hizo posible. Gracias.

Durante aquel inicio de mandato, comenzamos a aplicar políticas de control del almacenaje, de consumos internos, de inventarios, que nunca antes se habían llevado a cabo, lo que impedía conocer de manera cabal la rentabilidad de la empresa.

En una estructura laboral poco proclive a los cambios, los trabajadores y las trabajadoras de los Centros pusieron mucho de su parte para asumir las nuevas obligaciones y contribuir a que las cosas caminaran. Gracias.

Estoy seguro de que muchas de las decisiones que adopté son hoy susceptibles de crítica. Es más, debo reconocer públicamente que cuando comenzaron a bajar las cifras de facturación, debido a la crisis internacional, traté de buscar vías alternativas para el incremento de los ingresos, antes de tocar los derechos de la plantilla. Quizá fue un error y lo asumo.

Pero por cuanto les exigí y por el respaldo que me otorgaron en todo momento, me siento en la obligación de desmentir rotundamente, ante los trabajadores y las trabajadoras de los Centros, las acusaciones de gestión corrupta que me atribuye la actual consejera y presidenta del Partido Popular.

El daño a mi imagen pública y por ende al Partido Socialista al que represento, no se ha limitado a la presentación de una querella sino que la misma ha estado precedida por ruedas de prensa en las que se me han imputado todo tipo de conductas inadecuadas, sin la menor prueba.

Es más, se han ignorado de forma reiterada mis solicitudes de documentación, obligándome a acudir a los Tribunales en busca del amparo legal a mi derecho a la información como responsable público.

La plantilla sabe, porque sus representantes estuvieron allí, que el Consejo de Administración que decidió interponer la querella en mi contra sólo contó con las manos alzadas de los consejeros del pacto de Gobierno en el Cabildo, PP, PIL, CC y PNL. Porque no acudieron a la polémica sesión o porque se abstuvieron, ningún otro de los miembros del Consejo se sumó al atropello, propuesto de viva voz y sin informe técnico o legal alguno por Ástrid Pérez.

Confieso que, por muy tranquila que tenga la conciencia, me siento preocupado. Con el temor de que en el debate judicial las propias posiciones puedan no quedar lo bastante claras. Con más incomodidad aún, al carecer de la documentación que acredita la corrección de mi gestión, dado que Ástrid Pérez sigue negándomela.

Pero al menos, el inicio del procedimiento judicial me permitirá solicitar las pruebas documentales, periciales y testificales que posibiliten mi defensa. Y ello me situará en una mejor posición que a la que me he visto sometido por el comportamiento antidemocrático de la consejera de los Centros y presidenta del PP.

Espero, en ese momento, ser capaz de acreditar que mi gestión no es susceptible de reproche penal. Pero, sobre todo, espero demostrar que mi comportamiento fue digno del respeto y la cooperación que siempre recibí de los hombres y mujeres de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo de Lanzarote.

A todos y a todas, otra vez, muchas gracias.

Carlos Espino, secretario General de los Socialistas de Lanzarote

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