¿Canchas?

¿Canchas? Resulta complicado encontrar una cancha deportiva libre y digna para, aproximadamente, un 25-30% de la población lanzaroteña. Jóvenes entre 14 y 40 años que, al margen del deporte federado, no lo tienen sencillo a la hora ...

5 de septiembre de 2005 (20:16 CET)
Actualizado el 1 de octubre de 2020 (15:35 CET)

¿Canchas? Resulta complicado encontrar una cancha deportiva libre y digna para, aproximadamente, un 25-30% de la población lanzaroteña. Jóvenes entre 14 y 40 años que, al margen del deporte federado, no lo tienen sencillo a la hora de ejercitarse física, lúdica y socialmente.

Entendemos que una sociedad será más sana, en todos los sentidos, en tanto la mayoría de sus ciudadanos practique deporte. A este respecto, es notable el avance de la sociedad de Lanzarote en las últimas décadas.

Aunque tarde, las administraciones públicas insulares y las escuelas y clubes deportivos han podido ofertar una extensa gama de actividades de educación, competición, mantenimiento y ejercitación física que ha captado las necesidades de buena parte de los ciudadanos. Ciudadanos que, antes de ofertase esas actividades, apenas habituaban la práctica deportiva.

Sin embargo, casi la mitad de la sociedad lanzaroteña no practica deporte con regularidad. Esto es, al margen de la gran labor de clubes y escuelas deportivas municipales, la demanda adherida a los gimnasios públicos y privados y la práctica libre deportiva, insistimos, casi la mitad de la población insular no es deportista habitual.

Sin lugar a dudas, un argumento de peso para explicitar este cuadro puede provenir de la escasa motivación en el ejercicio físico de buena parte de estos no deportistas. La falta de tiempo y/o de acompañantes en la práctica deportiva también podría ser una respuesta. Situaciones estas difíciles de corregir. Aunque no imposible. Permítannos abrir un paréntesis: Un paso adelante, a nuestro modo de ver, debe pasar por una apuesta decidida desde los poderes públicos lanzaroteños en fomentar el bienestar. Invertir en alentar la práctica deportiva, por ejemplo, durante los fines de semana en las escasas instalaciones dignas de Lanzarote es invertir en salud física, síquica y social.

 

Volvemos a la cuestión principal que pretende exponer este artículo. A nuestro juicio, un factor clave de esta mitad de ciudadanos no deportistas viene determinado por el déficit que en materia de infraestructuras deportivas padece Lanzarote.

La oferta es pobre y, en su mayor parte (por no decir en todos los casos), está a expensas de la actividad de los clubes deportivos. Poco margen de disponibilidad, pues, para aquellos que persigan complementar su tiempo libre con la práctica deportiva con amigos.

Hay otro tipo de canchas libres que, curiosamente, están al aire libre, pero, de tanta libertad, están dejadas de la mano de Dios y no hay Dios que las use. Podríamos no catalogar estas canchas. Tomarlas como inexistentes, vaya, aunque existan.

Entendemos que, atendiendo en exclusiva a las pocas canchas dignas existentes, podría incrementarse su rentabilidad social considerablemente. Para ello, en nuestra opinión, resulta prioritario escapar de la política propagandística de inauguraciones, si es que llegan esas canchas que precisa Lanzarote, y centrarse en maximizar los usos de la instalaciones actuales por medio de la modernización en la gestión de las mismas. Información y promoción nos parecen dos términos claves.

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