Basura no biodegradable

Por Javier Hernández Castelló Todos suspiramos con el anuncio de que la banda terrorista ETA cesaba definitivamente su actividad armada. Un cese que por lo menos a mí no me deja del todo tranquilo ya que en seguida son varias las preguntas ...

24 de octubre de 2011 (13:59 CET)
Por Javier Hernández Castelló
Todos suspiramos con el anuncio de que la banda terrorista ETA cesaba definitivamente su actividad armada. Un cese que por lo menos a mí no me deja del todo tranquilo ya que en seguida son varias las preguntas ...

Todos suspiramos con el anuncio de que la banda terrorista ETA cesaba definitivamente su actividad armada. Un cese que por lo menos a mí no me deja del todo tranquilo ya que en seguida son varias las preguntas que rondan mi cabeza. Si se trata de un cese definitivo de su actividad que era únicamente la de matar a gente inocente ¿para qué siguen como organización? Porque cuando un supermercado dice que ya no va a vender más sus productos, no tiene sentido que siga abierto, por ejemplo.

No cabe duda que se trata de un hecho histórico y que nos llena de satisfacción a todos, sobre todo para gente como yo que nunca he conocido este país sin terrorismo. Ahora queda un camino que es igual ó más difícil que el que dejamos atrás, el político. El gobierno que ahora entre tendrá la complicada papeleta de llevar este tema lo mejor posible para dejar a todos contentos. No será nada fácil ni todos acabarán contentos, seguro. Esto es comparable a cuando tienes un hijo caprichoso y le concedes todos sus caprichos, cada vez te va a pedir más. Eso no quita para que todo el mundo tenga derecho a exigir lo que considere que es suyo, ni más ni menos.

Pero yo no me quedaré tranquilo hasta que estos elementos de nuestra sociedad entreguen las armas que están llenas de sangre y pidan perdón a todos y cada uno de los familiares de las víctimas. Quizás, haciendo este simple acto, la convivencia en el País Vasco y en el resto del territorio español podrá ser un poco más fácil. Pero no olvidemos que ETA será para todos nosotros como una basura no biodegradable, como ese neumático que se encuentra en el fondo del mar o esa lata oxidada que reposa en el monte. Pasarán los años y siempre estarán ahí, impasibles en el tiempo y recordándonos que hubo una época en nuestro tiempo en donde un grupo de personas se dedicaba a matar. La memoria no se acaba con ella tan fácilmente, ni tampoco con la basura no biodegradable.

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