La sociedad humana de hoy, los seres humanos de todas partes, somos, social, política y culturalmente inmaduros, sólo hemos dado los primeros pasos hacia la sociedad y el ser humano ideal.
Los cambios cualitativos en las sociedades humanas, como en todas las formas de vida, sólo se producen cuando se dan o se ponen las condiciones materiales para ello.
Si hemos de hacer un cambio, debemos concebirlo como un proceso muy largo, donde habrá que ir poniendo condiciones, sorteando y adelantándose a las dificultades.
Dicen que la necesidad es el motor de la evolución y de la Historia y que no puede haber cambio sin contenido, por tanto el contenido del cambio no puede ser otro que el que venga a dar solución idónea, en primera instancia, a nuestras grandes necesidades comunes, que pudieran ser:
-Democratización
-Revalorización
-Estabilización
-Diversificación
-Sostenibilidady
-Autosuficiencia hasta donde todavía es posible.
Éstas y cualquier otra cosa de ámbito general tienen muy difícil solución si no existe Unidad.
La Unidad viene a ser la llave de la viabilidad y posibilidad de casi todo. En este aspecto a nadie se le esconde que en Lanzarote ni tan siquiera hemos superado la fase de la confabulación para la confrontación.
En cierto modo, las comunidades humanas son como niños a los que dedicamos nuestros mejores cuidados y capacidades, en la esperanza de que lleguen a ser personas maduras, sabias y justas.
Todos sabemos que en Lanzarote, los políticos hemos descuidado éstos deberes y que de haberloshecho, hoy no estaríamos intentando paliar un proceso destructivo de enorme trascendencia que tiene su origen principal en el fracaso del proceso de integración y acomodación de la industria turística y de la inmigración. En este aspecto no debemos olvidar que el principal sustrato de la nueva violencia, el terrorismo global, se localiza principalmente entre los desplazados por causas políticas y económicas, cuyos procesos de adaptación e integración no sólo han fracasado sino que han provocado odios y fracturas irreconciliables entre los de dentro y los de fuera.
Con respecto a las grandes necesidades y a las iniciativas que vendrían a aliviarlas y resolverlas, se ha hecho muy poco.
Creo que el futuro es un reto fuera del alcance de la capacidad de los políticos de Lanzarote y de Canarias.
Si no fuera tan frecuente que la opinión política de muchos, a veces se basa en autoengaños, falsas creencias y algún contravalor de los que impide reconocer, no comprendería en absoluto a quienes se sienten públicamente satisfechos con su labor y hasta la consideran magnífica.
Cuando intento encontrar las causas profundas de todo esto que sucede en Lanzarote, y de lo que no ocurre y debiera, siempre llego a la misma conclusión: Lanzarote no ha podido hacer la transición al régimen de libertades y de convivencia democrática. La inercia del franquismo y la huella de la bárbara castración cultural y política se prolonga y permanece hasta hoy. Creo que en este contexto, los políticos de Lanzarote en su mayoría interpretaron como a una orden circular más del absolutismo franquista, el exhorto de la mayoría de los pueblos y del Parlamento de España para construir y profundizar en una convivencia democrática, libre y plural. ¿Cómo puede alguien promover el desarrollo de algo que no conoce?
La falta de referente democrático y de cultura de la pluralidad, son la madre de nuestro inmovilismo. Los políticos de la democracia en Lanzarote se limitaron a hacer lo que mal sabían, certificar la cotidianidad de lo público a imagen y mañas de los administradores periféricos del franquismo.
La única pluralidad que esto ha podido generar, es el capricho que cada cual imprime a su cargo público. Desgraciadamente también abunda quién hace de la negación y la manipulación del conocimiento y la realidad, su oficio.
por MANUELA ARMAS
Diputada del PSOE por Lanzarote