Un total de 474.111 viajeros se alojaron en establecimientos hoteleros canarios el pasado mes de julio y consumieron un total de 3.488.363 pernoctaciones, lo que supone un grado de ocupación por habitaciones del 70,28%, el cuarto más ...
Un total de 474.111 viajeros se alojaron en establecimientos hoteleros canarios el pasado mes de julio y consumieron un total de 3.488.363 pernoctaciones, lo que supone un grado de ocupación por habitaciones del 70,28%, el cuarto más alto de España después de Baleares (83,52%), Cataluña (70,95%) y Comunidad Valenciana (70,38%), según la Encuesta de Coyuntura Turística Hotelera hecha publica este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Estos son los datos que este diario daba a conocer en su edición de ayer. En la de hoy destacamos que Lanzarote ha sido la Isla del Archipiélago con mayor porcentaje de ocupación turística durante ese mismo mes de julio y la isla donde más tiempo se queda el turista. ¿Qué quieren decir estas cifras? A bote pronto se nos ocurre pensar que algo se tiene que estar haciendo bien en Lanzarote para que los números canten de esta manera.
En no pocas ocasiones se ha sido crítico desde el editorial de este periódico con el desarrollo de la política turística de la Isla, especialmente porque parece agotada, acomodada y algo obsoleta. Sin embargo, teniendo en cuenta además las dificultades económicas por las que ha atravesado y atraviesa el Cabildo, dificultades que han impedido por ejemplo tener más presencia en los medios de comunicación internacionales, parece que Lanzarote se sigue vendiendo muy bien, mucho mejor que el resto de las islas.
La clave del éxito de este singular paraje está precisamente en el mantenimiento de sus peculiaridades. No hay que obviar que el sector turístico no atraviesa por su mejor momento, más bien al contrario, y que estas buenas cifras del verano únicamente servirán para redondear las estadísticas de una mala temporada. Por eso Lanzarote, a la que entendemos que tendrían que imitar otras islas en muchas cuestiones, no debería dormirse en los laureles y debería reactivar todas y cada una de las cuestiones que deben conducir al mantenimiento de esas buenas cifras que se están registrando en el periodo estival.
Tenemos muy claro que la Isla volverá a ser la que registre el mayor nivel de ocupación durante el mes de agosto, un mes en el que prácticamente se han llenado al cien por cien todos los establecimientos alojativos. Que no ocurra lo mismo en islas como Gran Canaria o Tenerife debería hacer reflexionar a los responsables políticos locales y a los regionales. Algo está fallando para que Canarias ocupe el cuarto puesto en niveles de ocupación, lo que se produce evidentemente porque la crisis del invierno y de la primavera que se padeció en las islas capitalinas se ha arrastrado también hasta el verano. ¿Todo el problema está en la entrada de tantas nuevas camas en el mercado? Pues tal vez, aunque no se debería caer en el error de culpar sólo al expansionismo empresarial de los males del sector.
El caso es que es momento para ser optimistas, para pensar que con algo de voluntad política y empresarial se podrá diseñar un nuevo futuro para el sector turístico de Lanzarote. Desgraciadamente no tenemos tantos motivos para la esperanza con el resto de las islas. Nos da la sensación de que algunas cosas se están haciendo mal, muy mal.