Saber el momento en el que se debe ir al médico es simple pues el cuerpo manifiesta síntomas físicos, como dolencias, fiebre o irritaciones, entre otros. Sin embargo, cuando se trata de la mente y las emociones, es más complejo reconocer los indicativos de que se necesita terapia psicológica.
Cuando se está desarrollando una enfermedad en el organismo, las personas, la mayoría de las veces comienzan a notar los síntomas, como dolores, fiebre, jaquecas, irritaciones, inflamación, entre muchos otros. De este modo, al sentir malestares, pueden ir de inmediato a una consulta médica, para que el especialista realice un diagnóstico e indique el tratamiento adecuado que pueda dar solución a la enfermedad.
No obstante, cuando se trata de problemas mentales o emocionales, no sucede de la misma manera, debido a que las personas creen que son cosas normales que pasarán con los días. Pero la verdad es que no siempre ocurre de esta forma, lo cual puede derivar en depresiones o problemas mayores, si no se atienden a tiempo.
Resulta clave abordar a tiempo un problema de estas características e identificar los indicativos de que se necesita ir a terapia psicológica, siempre de la mano de profesionales como el grupo Hernández Psicólogos, referencia en el sector gracias a las garantías de atención y ayuda que los pacientes obtienen en sus terapias, que están dirigidas por especialistas con un alto nivel de preparación y trayectoria.
Tratamientos psicoterapéuticos
Asimismo, ofrecen diversidad de tratamientos psicoterapéuticos, enfocados en los distintos problemas que puedan estar afectando a las personas, tales como los siguientes:
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Terapia individual o de pareja.
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Atención a niños y adolescentes.
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Neuropatología.
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Sexología.
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Terapia con atención online.
Cualquiera de estas terapias es aplicada de modo personalizado, de acuerdo a las necesidades que tenga cada paciente, siempre con un trato respetuoso, cercano y muy humano, que transmite confianza y el apoyo emocional necesario ante momentos de dificultad.
La mayoría de las personas decide buscar ayuda psicológica cuando el sufrimiento y el descontrol emocional que tienen es tanto, que han visto afectados todos los ámbitos de su vida. Sin embargo, no es necesario llegar a este punto, pues existen una serie de señales que pueden servir para evitar decaimientos peores, siendo algunos de estos indicios los siguientes.
- Dificultad para llevar una vida normal
Cuando se dice “una vida normal”, se hace referencia al hecho de poder conservar la estabilidad y la calma emocional ante las situaciones que acontecen con las personas y el entorno que les rodea, sin necesidad de crear conflictos entre los mismos. De darse el caso que en el día a día prevalezca el caos y los problemas, será necesario acudir al psicólogo.
- Problemas en la resolución de conflictos
Diariamente en la vida de todos surgen contratiempos que requieren de una mente calmada para la resolución asertiva de los mismos. Cuando ocurren estos problemas, y la persona se deja dominar por la ansiedad, las preocupaciones, dudas, miedos y cualquier infinidad de emociones negativas, que impiden pensar con claridad para solucionar el conflicto, es síntoma de que se necesita la orientación de un profesional de la salud mental.
- Sucesos o personas que generan malestar mental
Las diferencias y los malentendidos con las personas son algo común entre las personas, sobre todo en sus círculos cercanos, como familia, pareja o compañeros de trabajo. El problema acontece cuando el malestar mental o emocional que se tiene a raíz de esto no desaparece, sino que por el contrario, se mantiene con el tiempo hasta el punto de afectar a la estabilidad emocional del individuo. Para ello, se debe buscar ayuda en psicólogos que guíen hacia el camino de la tranquilidad.
- Cuando lo interno pone en riesgo la salud física
Finalmente, es importante mencionar aquellos malestares mentales que pueden poner en riesgo la salud o el estado físico de las personas, como por ejemplo: la ansiedad, el estrés, adicciones, trastornos alimenticios, depresión con lesiones corporales, pensamientos o intentos suicidas. Al notar alguno de ellos, es fundamental la intervención psicológica para evitar daños mayores.