Las reacciones, emociones y la manera de superar el dolor pueden variar bastante. La aceptación de la muerte como parte del proceso de la vida es algo complejo. Sin embargo, hay alternativas para inmortalizar el recuerdo de esa persona tan especial, tal como nos muestra Porsiempre, joyería especializada en colgantes para cenizas.
El ser humano debe experimentar estos momentos de dolor lo más saludablemente posible, ya que esta pena no se tiene que arrastrar a lo largo de la vida. Por lo tanto, lo mejor es conocer cuáles son las 7 etapas del duelo que toda persona afrontará antes o después.
¿Cómo se experimenta el duelo a través de sus etapas?
En todas las relaciones afectivas se crea un vínculo que favorece un intercambio emocional entre las dos partes. Aunque esta intensidad dependerá de una serie de factores, siempre habrá un comportamiento cíclico en el que existe la cercanía afectiva, el apego y el duelo en sus diferentes etapas.
1. La negación
La muerte puede generar un verdadero shock en aquellas personas que no aceptan esta realidad. La negación es un mecanismo de defensa frente al dolor; sin embargo, la persona deberá aceptar lo que está ocurriendo por muy duro que sea el momento. Esta primera reacción ante la pérdida sirve para disminuir el sufrimiento de forma temporal y asimilar la noticia poco a poco.
2. La confusión
La segunda etapa se relaciona con la confusión emocional al mezclarse un gran número de emociones. En ciertos momentos, también se puede perder la perspectiva de la realidad y se generan las sensaciones de frustración e incapacidad.
3. Ira y rabia
La confusión que se ha generado en la etapa anterior puede desembocar en un sentimiento de mucha rabia y enojo. Incluso la persona culpa al resto del mundo, y también a ella misma, porque considera que la situación es injusta.
4. La culpa
El sentimiento de culpabilidad es inevitable, y aún sabiendo que no se puede evitar la muerte, la persona se siente culpable por no haber pasado más tiempo o expresado sus sentimientos de amor por el ser fallecido. Es normal pensar que quedaron muchas cosas pendientes por decir.
5. Tristeza
Esa fase es bastante delicada y podría desembocar en una depresión. Hay que aprender a aceptar y manejar correctamente las emociones. Es normal sentirse mal cuando la persona que quieres ya no está. La vida sin ese ser fallecido va a experimentar un cambio considerable.
6. La aceptación
Llega un momento en el que la persona debe aceptar la nueva realidad por dura que sea. Se toma conciencia de la ausencia del ser querido y se acepta que no volverá. Aunque el proceso no está exento de dolor, también hay cierto alivio, porque existe más claridad para aceptar la realidad.
7. Restablecimiento
En este último paso, se considera qué cambios se deben hacer para ocupar el tiempo. Ese vacío debe aliviarse de alguna manera para que la persona se sienta plena y siga con el transcurso de su vida. Es obvio que no todas las pérdidas son iguales, y en ciertas ocasiones el impacto puede ser mayor.
En definitiva, hay muchas formas de mantener viva la memoria de un ser querido. Por ejemplo, las joyas para cenizas de difunto se han convertido en tendencia. Esto permitirá recordar a diario a un familiar y expresar la devoción por este ser que fue tan importante para nosotros.