Era 15 de abril. La erupción de un volcán bajo el glaciar Eyjafjalla, en Islandia, paraliza el tráfico aéreo de varios países de Europa. Primero, Irlanda. Luego, Reino Unido. Después, Noruega. Días más tarde, la nube de ceniza empieza a extenderse por todo el viejo continente. Aeropuertos cerrados y personas atrapadas son las primeras consecuencias de este verdadero caos aéreo. En esos momentos, Canarias, y en concreto Lanzarote, ya notaban los efectos de esta crisis por los turistas que no podían llegar o los que se habían quedado en la isla por el cierre de los aeropuertos de destino.
Así, cuando los empresarios del sector turístico confiaban en que mayo recompensaría el palo que sufrieron en abril, llegó la ceniza volcánica desde Islandia y volvió a echar las esperanzadas perspectivas por tierra.El sector turístico vive con miedo esta situación, ya que además de estar afectado por una fuerte crisis económica ahora se ha visto agravado por el caos aéreo.
Porque el problema no son sólo las pérdidas que han sufrido ya, sino la incertidumbre y el no saber cuándo se solucionará este problema de las cenizas del volcán islandés. Además, las previsiones no son buenas, ya que nadie se atreve asegurar cuándo Eyjafjalla dejará de expulsar ceniza.
"Estamos viviendo este hecho con mucha preocupación, como no podía ser de otra manera. Esto es una incertidumbre horrible. No se sabe realmente lo que va a pasar ni cuánto va a durar". Son palabras del presidente de Aetur, Victoriano Elvira, que vive estas crisis aérea con desesperanza.
Elvira no ha contabilizado todavía las pérdidas que ha sufrido el sector de la hostelería como consecuencia del cierre del tráfico aéreo, pero se muestra muy nervioso por "el perjuicio que está ocasionando para todos, en especial, para los negocios". "Esta crisis se está notando en todo, sobre todo, en la estabilidad. El mes de abril de todos es sabido que es una época baja en cuanto a visitantes, pero lo del volcán está agravando muchísimo la situación", lamenta Elvira.
El presidente de Aetur incide en que esta caótica situación está "creando una sensación de inestabilidad, una falta de confianza y la gente está dejando de volar". "Estamos en las islas y no sabemos si tendremos posibilidades estos días de recibir clientes", subraya.
Además, indica que los turistas que se han quedado atrapados durante estas circunstancias en Lanzarote no están gastando dinero fuera de los hoteles. "Esto es impensable. Ellos ya vienen con su intención de gasto hecha, que es la que se adapta a sus posibilidades. Una vez que terminan sus vacaciones se han gastado todo el dinero y ahora mismo se quedan en el hotel porque no les queda más dinero", explica Elvira.
Cae la ocupación
Mientras Elvira se muestra preocupado por el sector hostelero de Lanzarote, los datos del sector hotelero no son nada esperanzadores. Según informó esta semana Asolan, la isla registró en abril una ocupación media del 62,52 por ciento, la peor en lo que va de año. La presidenta de la patronal, Susana Pérez, achacó en un comunicado este descenso a las cancelaciones por el volcán islandés.
"Las reservas hoteleras sufrieron muchas cancelaciones durante el mes de abril por las cenizas del volcán islandés, y los consiguientes cierres de los aeropuertos del Reino Unido e Irlanda, principales países emisores de turismo en Lanzarote. Estos aeródromos registraron a finales del mes una situación de bloqueo, que provocó las cancelaciones de vuelos hacia Lanzarote, entre otros lugares. Esta circunstancia originó que el mes de abril, por ahora, arroje los índices más bajos del año 2010, tras unos meses donde la afluencia de turistas hacia la isla de los volcanes aportaba datos de recuperación y optimismo", indicó Asolan a través de uncomunicado.
La mala noticia que no se cumplió
Pese a esta incertidumbre, los lanzaroteños todavía tienen que agradecer que no llegara la peor de las noticias en la mañana del marets, cuando se informó de que Guacimeta iba a cerrar el tráfico aéreo a partir de las 10.00 horas como consecuencia de la nube de ceniza volcánica. Poco antes de esa hora, se levantó la restricción.
No obstante, y pese a que Guacimeta se mantuvo abierto, la nube volcánica obligó a cancelar muchas operaciones. Así, ese mismo día, de los 124 vuelos que debían operar desde la isla, un total de 48 fueron suspendidos, según datos de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena). Por su parte, los vuelos interinsulares, que vuelan a menos altura, no sufrieron ningún problema. En Canarias, además, la cifra de cancelaciones ascendió a alrededor de 400 y, por ello, la delegada del Gobierno en el Archipiélago, Carolina Darias, ofreció una rueda de prensa explicando la situación y pidiendo calma.
Pese a que no existe un número exacto de personas que se quedaron "tiradas" en el aeropuerto de Guacimeta, se estima que ese día se esperaban unas 4.000 salidas y unas 4.000 llegadas, que no pudieron producirse. Ése, por tanto, podría ser el número de visitantes atrapados tanto en su aeródromo de salida como en el de destino.
Según indicó Aena, las compañías aéreas trataron desde un principio de reubicar a los pasajeros afectados. Muchas de estas operaciones se produjeron el miércoles, ya que ese día el aeropuerto de Lanzarote no registra muchos turistas por lo que se aprovechó para fletar plazas para estos turistas.