La decisión del Obispado de Canarias de no oficiar bodas católicas a extranjeros "está comenzando a tener consecuencias en la actividad de las empresas turísticas para el 2016". Así lo denuncia Aetur, según cuyos datos, "esta medida ha frenado las reservas de bodas para el 2016 casi en un 35 por ciento, con una media de 23 a 26 cancelaciones desde que el Obispado adoptó esta decisión". Además, aseguran que la medida de la Iglesia "está desviando la celebración de las mismas a otros destinos tanto nacionales como internacionales". En este sentido, Aetur, junto con varias empresas que gestionan este tipo de celebraciones en la isla y colectivos afectados por la medida, se reunirá este martes con el presidente del Cabildo para abordar la cuestión.
Aetur señala en su comunicado que, según algunos empresarios vinculados a este tipo de eventos, "las bodas suelen organizarse con un año o un año y medio de antelación, por lo que esta negativa del obispado está generando mucha inseguridad a las empresas, al no poder confirmar fechas para la celebración de matrimonios eclesiásticos". Además, "se genera también una enorme incertidumbre en la población extranjera que habitualmente escoge Lanzarote como destino para celebrar su boda, como es el caso de Irlandeses, Británicos, Holandeses y turistas de otros países comunitarios", apuntan.
En su nota, Aetur "agradece el apoyo recibido por todas las instituciones de la isla y espera una solución en breve, ya que esta medida no sólo afecta a hoteleros y empresarios vinculados directamente a la celebración de este tipo de actos, sino que afecta también a sus trabajadores, y a la contratación de nuevo empleo". "Es un perjuicio en general a Lanzarote como destino turístico", explican.
