La crisis sanitaria y el parón turístico hicieron que el consumo de agua cayera el pasado año en más de un millón de metros cúbicos de agua potable, según los datos que acaba de hacer públicos Canal Gestión Lanzarote.
En un comunicado, la empresa señala que su facturación global por la venta de agua potable se redujó en un 8,56% en 2020, con “un impacto económico de 6,2 millones de euros menos en las cifras de negocio”.
La principal caída se registró en el consumo de agua turística e industrial, especialmente en los meses de confinamiento. En concreto, el consumo de agua turística fue de 3.808.949 metros cúbicos, un 30,45% menos que en el año 2019, siendo los municipios de Yaiza (-27,78%), Tías (-17,22%) y Teguise y la isla La Graciosa (-9,03%) los más afectados.
Sin embargo, en Arrecife y en Tinajo aumentó el consumo de agua potable, con un 7,72% y un 9,23%, respectivamente, tanto en la tarifa doméstica como en el agua potable para riego. Según Canal, esta última fue la que más aumentó, con un 25,54%, en un año que ha estado marcado por las quejas del sector, por los reiterados cortes de suministro.
La empresa apunta que “la pandemia y la subvención otorgada por el Consorcio del Agua para el agua agrícola parecen ser las principales causas de esta tendencia al alza detectada en el consumo de agua potable para riego”.
Al respecto, señala que “se ha detectado un incremento del 26% en la demanda de agua potable para regar campos agrícolas por parte de 'no profesionales', lo que demuestra que cada vez son más los que se están inclinado por retomar la actividad agraria para consumo propio”. Además, para explicar los problemas que ha tenido para atender esa demanda, subraya que “las depuradoras y sistemas terciarios han visto mermadas en un 26,36% sus producciones de agua regenerada durante este 2020 ante la falta de caudal (cero turístico)”.
A esto suma también la “incapacidad técnica que tienen estas infraestructuras, como la depuradora de Arrecife, que está infradimensionada y con problemas de conductividad, lo que obliga a los demandantes de agua para riego a comprar agua potable subvencionada para tal fin”.