Los sindicatos CCOO y UGT valoran "positivamente" la respuesta ciudadana en la manifestación contra la crisis, celebrada el pasado viernes, y afirman que Lanzarote "se movilizó" para exigir que no se produzcan más despidos y que se mantenga el empleo en la isla.
A pesar de que diversas fuentes aseguran que la participación no llegó a las 600 personas, los sindicatos elevan esta cifra hasta los 1.200 asistentes. No obstante, reconocen que les hubiera gustado que los conejeros se echaran a la calle para reivindicar sus derechos.
Tanto CCOO como UGT indican que las inclemencias meteorológicas (Lanzarote estaba en alerta naranja) y la lluvia fueron las culpables de que los conejeros no se acercaran en masa a la manifestación. "Hubo quien pensó que la concentración se había suspendido por el mal tiempo", afirma desde UGT, César Reyes.
Ambos sindicatos coinciden en señalar que esta manifestación "es sólo el principio" para conseguir que los conejeros mantengan su trabajo y se les concedan las prestaciones laborales a las que tienen derecho los ciudadanos. "Los trabajadores nos han demostrado que nos apoya", insiste Reyes.
Acabar con el camino del "dinero fácil"
Al término de la manifestación del pasado viernes, la secretaria general de CCOO, Vicky Sande, dedicó unas palabras a los asistentes y aseguró que el pueblo de Lanzarote había secundado la marcha para criticar "el camino del dinero fácil para unos pocos y de endeudamiento y miseria para el conjunto de la sociedad". "Mientras una sociedad entera se endeudaba otros cuatro recogían sus beneficios", imperó.
Sande indicó que el pueblo veía cómo la isla se masificaba y cómo el turismo de calidad se abandonaba. "El hormigón sustituyó a la tradición y enterró la naturaleza de Lanzarote", apuntó, al tiempo que dijo que "quemaron las riquezas en una década loca".
"La crisis demuestra que aquel camino no puede continuar, y ahora los miles de parados, pequeñas empresas y autónomos en apuros son el legado de la locura vivida", indicó. Por ello, aseguró que esta movilización servirá para poner "piedras para una economía estable, que garantice los puestos de trabajo, al margen de especuladores".
"No podemos evitar la crisis internacional pero podemos dejar de discutir cada uno de los proyectos que se presenten en la mesa, agilizar las inversiones y evitar la burocracia" con el fin de crear puestos de trabajo en una época difícil, aseguró.
Para Sande, la manifestación supuso el inicio de un periodo de profundas medidas para paliar la crisis y de un debate serio en torno al territorio. "Esta crisis es el final de una era y el comienzo de nuevos tiempos. Hagamos que se nos escuche", concluyó.