Una eliminatoria de ascenso a Segunda División "B" se puede ganar o se puede perder. Y se debería ganar o perder sobre el terreno de juego, no desde los despachos o desde el palco del estadio. Esto último es lo que ha hecho la directiva del Burgos Club de Fútbol a lo largo de toda la semana. El señorío, la caballerosidad y la deportividad de uno de los históricos del fútbol español han quedado manchados para siempre.
El Burgos ha utilizado todas las armas posibles para conseguir su ascenso a la Segunda División "B" y cada una de ellas utilizadas desde el lado más rastrero. La semana comenzaba con una infinidad de mentiras, cuyo único objetivo era ir calentando el ambiente y que la UD Lanzarote fuera recibida de manera hostil. Se dijo en Burgos que el equipo sufrió una encerrona en Lanzarote y que sus aficionados lo habían pasado mal en las gradas. Incluso el delegado del Burgos llegó a comentar que la UD Lanzarote había engañado a los burgaleses con la alineación que se les dio en el partido de ida.
Un ambiente que se fue calentando cuando el Burgos se empecinó en jugar el partido en la tarde del domingo, sin querer entender la circular de la Federación Española de Fútbol en la que se obliga a jugar los partidos ante los equipos canarios a las 12:00 horas del mediodía. Su presidente ofrecía una rueda de prensa en la que explicaba las supuestas escusas que había puesto la UD Lanzarote para no jugar el partido en la tarde del domingo.
Los desplazamientos en este tipo de eliminatorias de ascenso los programa la agencia de viajes de la Federación Española de Fútbol. Curiosamente la UD Lanzarote fue alojada en el Hotel Rey Arturo de Burgos.
De manera malintencionada los aficionados del Burgos CF fueron informados del hotel en el que se alojaba la UD Lanzarote. Tras una primera visita de tres indeseables en la tarde del sábado y que finalmente se hicieron "amigos" de los jugadores rojillos, las molestias llegaron durante la madrugada. Varios coches no pararon de dar vueltas alrededor del hotel, haciendo sonar sus bocinas y con cánticos a favor del Burgos. El único objetivo era entorpecer el descanso de los jugadores de la UD Lanzarote.
Otro de los hechos llamativos se produjo con la utilización de El Plantío para realizar una sesión de entrenamiento. El Burgos negó la utilización de las instalaciones e informó que se debía a las tareas que tenía que realizar la empresa que se encarga del cuidado del césped. Curiosamente estas tareas no se realizaron en la tarde del sábado, sino en la misma mañana del domingo. Los operarios cortaban el césped a primera hora de la mañana y procedían al pintado de las líneas del campo.
Dentro del ambiente hostil con el que fue recibida la UD Lanzarote, la directiva del Burgos CF permitió que medio centenar de aficionados increparan a los jugadores de la UD Lanzarote a su llegada al estadio. Patadas, puñetazos y algún que otro escupitajo recibió la guagua en la que llegaba la expedición rojilla. Minutos más tarde, abrieron una de las puertas de acceso al estadio para que la guagua accediera al interior de la instalación deportiva.
Durante el descanso del partido sólo se regó la zona del campo en la que se iba a situar la UD Lanzarote en la segunda mitad. No está prohibido el riego del campo durante el descanso, pero la normativa exige que se debe regar todo el campo por igual y no en determinadas zonas. Seguramente los informadores federativos no se habrán percatado de este detalle y la acción no será castigada.
Y para colmo de males, algunos aficionados y que a buen seguro no representan a la afición de Burgos CF, esperaron la salida de los jugadores de la UD Lanzarote de su vestuario. La Policía Nacional tuvo que intervenir para escoltar a los jugadores hasta la zona en la que se encontraba la guagua. Además, dos furgonetas policiales tuvieron que acompañar a la guagua del equipo para que no sufriera ningún percance en su salida de la ciudad de Burgos. Y eso que el Burgos CF ascendió, si hubiera sucedido lo contrario a estas horas estaríamos todavía sin poder salir del estadio.