El equipo de la Segunda división B de fútbol Unión Deportiva Lanzarote ha sabido corregir en el año que está a punto de finalizar una peligrosa inercia de derrotas y cambios de técnico que a punto estuvo de costarle la categoría y ahora disfruta de buenos tiempos, sin tantas urgencias ni aprietos.
Hasta cuatro entrenadores requirió en el curso 2004-05 para sobrevivir a la vorágine destructiva que adquirió; José Antonio Fernández, Eugenio Rogido, Sosa Espinel y Adolfo Pérez.
La UD. Lanzarote espera que el 2006 vuelva a ser su año.
Y para el recuerdo quedan semanas llenas de incertidumbres, con el conjunto conejero ahogado en la tabla y la afición mascando el regreso a Tercera.
Sólo la histórica comparecencia en San Mamés para disputar una eliminatoria de Copa del Rey o la aparición de futbolistas de la cantera como Angel Gil, ya consolidados en la plantilla profesional, o los valiosos goles del hoy jugador de la Unión Deportiva Las Palmas Alejandro Suárez endulzaron una mala temporada.
El abandono de la presidencia por parte de Estanislao García, concluido el campeonato, abrió un nuevo periodo de confusión, aunque Victoriano Elvira, directivo de larga tradición en el Lanzarote, asumió las riendas de la entidad y posibilitó el nacimiento de un proyecto ilusionante.
Renovado Adolfo Pérez y con la base más aprovechable que permitieron las estrecheces económicas, el Lanzarote ha comenzado a ampliar sus miras y parece poco probable que necesite agotar las últimas jornadas para asegurar su presencia, un año más, en la categoría de bronce del balompié español.
Duodécimo y con un importante número de puntos ya metido en el zurrón (22), el conjunto rojillo espera mejorar sus registros y congraciarse con la afición a base de triunfos y buen fútbol.
Al ritmo de Maciot, Fali, Sarasua, Campos, Gustavo o Lanza, sus futbolistas con más jerarquía, Adolfo Pérez espera que el trayecto que resta hasta junio se sobrelleve sin sobresaltos y con la regularidad necesaria para evitar errores pasados.