Seis salas de los Juzgados de Arrecife, incluida la Sala de lo Social, se encuentran inutilizadas al no funcionar sus aparatos de grabación. En el caso de la Sala de Lo Social lleva "cuatro meses cerrada", porque estos sistemas están "obsoletos" y no graban correctamente. Es la denuncia que realiza Andrés Barreto, graduado social, que este miércoles ha visto cómo se suspendían todos los juicios que tenía previstos, aunque al final han podido celebrarse con retraso.
Según explica, la grabación en dvd y a través de vídeo es esencial, ya que sirve de acta del juicio. No obstante, asegura que, a día de hoy, la Dirección de Justicia del Gobierno canario no ha solucionado el problema, "ni se ha interesado", pese a que desde "los Juzgados han puesto en su conocimiento esta situación". En la jornada de este miércoles, inicialmente se habían suspendido todos los juicios en la Sala de lo Social. No obstante, según Barreto, a medida que ha avanzado la mañana se han podido llevar a cabo algunas vistas.
"Sólo hay dos salas y aquí estamos de maratón permanente. Si Civil, Instrucción o Penal están celebrando juicios, en Lo Social no podemos celebrar. Hay que esperar a que terminen", relata Barreto. Retrasos y suspensiones, según indica, forman parte del día a día que se vive en los juzgados de la capital. De hecho, afirma que le "consta que tanto el Colegio de Abogados como el de Graduados Sociales ya han tomado cartas en el asunto" y han presentado la preceptiva queja.
"Una situación insostenible"
Para Barreto, la situación no es sostenible. En su caso, por ejemplo, la mayor parte de sus defendidos son trabajadores que presentan demandas por despidos improcedentes o incapacidades laborales. Por este motivo, según argumenta, el hecho de tener que esperar a que un juicio sea señalado nuevamente causa perjuicios notables para sus defendidos. Y es que la nueva fecha de celebración podría llegar a demorarse hasta seis meses. "Si a mí me suspenden los juicios hoy, hasta noviembre posiblemente no tendría nueva fecha de juicio. Pero, ¿cómo va estar mi cliente esperando todo ese tiempo? ¿Un trabajador con una incapacidad o un despido? ¿En qué cabeza cabe?", se pregunta.
Pero ése no es el único problema que ocasionan las suspensiones. Barreto cuenta que hay compañeros que se desplazan desde la península o desde otra isla y se ven obligados a marcharse sin que se haya celebrado el juicio en cuestión. "Eso implica un fuerte coste para las empresas que tienen que pagar el billete de un letrado para que finalmente no se celebre el juicio por falta de sala", matiza.
En un nuevo intento por lograr una solución al problema, Barreto asegura que desde los Juzgados se han puesto en contacto con el Gobierno canario para que "al menos mande un técnico" para reparar los sistemas.