La sentencia por maltrato al perro King ha dejado un sabor "agridulce" en la protectora de animales Sara, que cree que "es satisfactoria pero escasa". "Tres meses simplemente de cárcel, que no van a entrar. Pero bueno, hay una sentencia y ya van a tener unos antecedentes", ha señalado Obelesa Hernández, miembro de la junta directiva de la protectora, quien cree no obstante que "viendo las leyes de defensa animal, es un pequeño logro".
Hernández ha hecho estas declaraciones tras el juicio celebrado este jueves, en el que han estado presentes numerosos miembros y voluntarios de la protectora de animales. El propio King, junto a sus dueños, se encontraba a las puertas de los Juzgados al término de la vista oral, en la que los acusados han aceptado una pena de tres meses y un día de prisión y un año y un día de inhabilitación para
Para Obelesa Hernández, "llegar a los Juzgados con un caso que estuvo un año archivado" es "una victoria", aunque sea "muy pequeña. "Es un logro estar en los Juzgados, verles sus cara, que salgan en la prensa y que les conozcan, que estuvieron muy escondidos", ha apuntado.
Un paso "para que haya unas leyes más duras contra el maltrato animal"
Además, aunque sea "una pena que sea tan poca", Obelesa Hernández cree que es un paso "para que haya unas leyes más duras contra el maltrato animal". Y es que, esta mujer miembro de la junta directiva de la protectora de animales Sara,cree que las mismas deben cambiar pues, según ha explicado, la pena máxima que se podía pedir por este caso era de un año de prisión y tres de inhabilitación para el ejercicio de profesión, oficio o comercio relacionado con animales, así como para la tenencia de los mismos, que es lo que Fiscalía y la propia protectora, personada como acusación particular, habían solicitado para los dos acusados antes de que estos aceptasen un acuerdo de conformidad.
En este sentido, Obelesa Hernández ha recordado también el caso de Tata, una podenco que fue encontrada en 2015 con graves heridas y golpes, en el que también se consiguió una condena, aunque en este caso sólo por un delito de abandono de animal doméstico, al no poder probarse que el acusado, el dueño de la perra, fuera quien le causara las heridas que tenía cuando fue encontrada. En este caso, la condena fue de una multa de 360 euros y de seis meses de inhabilitación para la tenencia de animales y el ejercicio de cualquier profesión relacionada con la custodia de animales.