El acusado de agredir sexualmente de forma continuada a su hijastra en Arrecife niega los hechos

El caso por el que se le pide 12 años de prisión, una orden de alejamiento y 20.000 euros de indemnización, queda visto para sentencia

25 de octubre de 2023 (09:57 CET)
Actualizado el 25 de octubre de 2023 (12:51 CET)
El acusado Mario durante la celebración del juicio. Foto: José Luis Carrasco.
El acusado Mario durante la celebración del juicio. Foto: José Luis Carrasco.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha juzgado este martes a Mario MG. como autor de un presunto delito continuado de agresión sexual contra su hijastra menor de 13 años. 

La Fiscalía pide para él doce años de prisión, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena, libertad vigilada, una orden de alejamiento a más de 500 metros y la prohibición de comunicarse por cualquier tipo de medio en 20 años, así como la participación en programas de educación sexual durante ocho. Además, que indemnice a la menor con 15.000 euros.

Los hechos se remontan a los años 2016 y 2017 cuando el procesado convivió con la víctima y su madre en hasta tres viviendas de la ciudad de Arrecife. Mario MG. mantuvo una relación de pareja con la madre de la menor durante un largo periodo de tiempo.

Según la declaración de la madre de la menor, las presuntas escenas de agresión sexual continuadas se destaparon en mayo 2020. En ese año la familia alquiló una villa para una celebración familiar. Al encuentro asistió toda la familia, así como un amigo de Mario y su hija menor de edad. En un momento de la noche, Mario quedó dormido en el sofá en el que también estaba esa chica. Unos gritos despertaron a la gente que estaba en la vivienda y la joven profirió que Mario le estaba realizando tocamientos sexuales. Así lo ha narrado la familia y lo ha reconocido el propio acusado. 

Su hijastra estaba en ese momento en otra habitación con su madre. Aquella escena, según la psicóloga que trata a la niña en la actualidad, fue el punto de inflexión para ella. "Ella no quería volver a casa con él ahí, entonces decidí que iba a ponerle una psicóloga, se lo comenté a él, cogió sus cosas y se fue", revela la madre en el juicio. Dos meses después la niña le confesó a su madre que había sufrido años de abusos por parte del que era entonces su pareja.

"Se puso a temblar, nunca me había contado lo que él le hizo, tenía miedo porque este señor le hacía fotos, la grababa y también a mí", añadió. Asimismo, la madre de la menor narró que, a causa de lo ocurrido, su hija se ha intentado suicidar en varias ocasiones, ha sufrido varios intentos autolíticos y estuvo un mes en el hospital después de verlo a él en la calle. 

A lo ocurrido, la psicóloga que atiende a la menor desde hace dos años, en calidad de testigo y perito, revela que "la gravedad de lo que verbaliza es compatible con su sintomatología física y verbal". 

Con el biombo cubriendo su cara, Mario MG. escuchó el testimonio de la niña, que tuvo que responder a las preguntas de los magistrados, la Fiscalía, la acusación popular y la defensa del acusado. "Con el episodio de la villa sentí esa frustración de que le haya pasado a otra chica y que yo no lo había dicho", comenzó, "pero me dio la fuerza de intentar decirlo". 

La víctima reveló que todo arrancó "como un juego". En ese momento, el presunto agresor aprovechaba el tiempo en que la madre trabajaba o dormía para agredirla sexualmente. "Cuando le sonaba el despertador me quedaba paralizada y no sabía qué hacer. Era como si soñase, una pesadilla. Luego me volvía a dormir, yo quería estar bien en el colegio", desveló la menor visiblemente afectada. "No fue hasta los diez años que empecé a entender algo de lo que pasaba", aseguró. 

El juicio celebrado este martes en Arrecife contra Mario MG. por agredir sexualmente a una menor. Foto: José Luis Carrasco.
El juicio celebrado este martes en Arrecife contra Mario MG. por agredir sexualmente a una menor. Foto: José Luis Carrasco.

Entre otras cosas, el hombre presuntamente le hacía tocamientos en los órganos genitales, llegando a introducirle, "en múltiples ocasiones", los dedos en la vagina. En otros casos, los episodios contenían también penetración sin protección y en otras le lamía los genitales cuando estaban a solas. "Me grababa porque la cámara del móvil se iluminaba. Yo no decía nada por miedo, pero él me decía que no se lo contase a mi madre o iba a subir imágenes de ella desnuda a internet", explicó.

Las dos peritos que escucharon el testimonio de la niña realizaron un informe en el que le daban credibilidad a sus palabras. Además, afirmaron que era posible que hasta el episodio de la villa en Playa Blanca su cerebro hubiese intentado blooquear los acontecimientos y que ante un suceso parecido hubiese rememorado lo ocurrido. "Hay una estructura lógica, muchos detalles y hechos en momentos y lugares concretos", aseguraron las peritos. 

Mario MG. mantiene aún en su móvil las imágenes de su expareja desnuda, según ha confirmado ante la Sala. Sin embargo, niega que haya agredido sexualmente a su hijastra y que la haya grabado. 

Mientras tanto, la acusación particular, ejercida por la familia de la víctima, solicita para el acusado una pena de 12 años de prisión, una orden de alejamiento de 500 metros durante diez años, así como la prohibición de comunicarse con ella. Al mismo tiempo que 20.000 euros de indemnización.

 Fachada juzgados de Arrecife, donde se celebrará el juicio por venta de droga. Foto: José Luis Carrasco.
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