Varios vecinos de Famara han denunciado que sus perros han sido envenenados en la zona, llegando el veneno a causar la muerte de uno de ellos. "Ver morir a un animal tuyo, con unos temblores horrorosos, no tiene palabras", señala una de las afectadas, Ana Martín.
El perro de esta mujer salió el pasado viernes por la tarde a la calle y, según asegura, llegó "soltando espuma por la boca". "Se veía además que el sistema nervioso estaba afectado, porque no coordinaba bien y temblaba", añade Ana Martín, que corriendo fue al veterinario, sin que nada se pudiera hacer ya por la vida del animal. "Nos dijo que el veneno era muy potente", apunta.
Esta mujer, que vive en la zona de los bungalows, asegura que "vienen siendo habituales los casos de envenenamiento en Famara, en las vísperas de Semana Santa y el verano". "Desde que yo vivo en Famara, hace once años, ha habido bastantes envenenamientos", afirma.
Martín no sabe quién ha podido poner el veneno, pero ya ha denunciado el caso ante el Seprona. "A ver si de una vez se logra atajar, porque imagino que siempre es la misma persona", señala.
"Esto no es una casualidad"
Mejor suerte corrió otra perra de la zona que también fue envenenada, pero consiguió salvar su vida. Carlos Hidalgo se encarga de cuidar al animal, que es de "un vecino" y, tras sacarlo a pasear, vio como "empezaba vomitar y a echar espuma". "Un vecino me dijo el día de antes que a otro le habían envenenado el perro y lo había tenido que sacrificar y cuando saque a la perra y empecé a ver síntomas, pensé que eran paranoias mías, pero no", cuenta Hidalgo.
Al final, y tras acudir al veterinario, la perra se puso bien. "Encontré un veterinario maravilloso, le hizo vomitar, le puso el antídoto y se salvó, porque si no la perra se me queda en las manos", relata este hombre, quien también afirma que ha habido casos anteriores. "Esto no es una casualidad. Hace tres años ya se denunció, porque en dos semanas murieron 10 perros", asegura.
"Esto no es un herbicida que se eche porque aquí no hay huertos. Y lo más lamentable de todo es que esto lo coge un niño, que esté jugando en la arena, y dura un instante. Es muy grave. Si tú no quieres un perro o te molesta, llamas a la Policía y denuncias al dueño, pero tomarte la Justicia por tu mano no lo puedes hacer ni con un mosquito", concluye Carlos Hidalgo.
