La Audiencia Provincial de Las Palmas juzgó recientemente en Lanzarote a tres acusados de un delito contra la salud pública. Uno de ellos admitió que había practicado "el menudeo" y había distribuido droga en La Graciosa. La mujer con la que convivía entonces también reconoció que "contribuyó a ello", es decir, a que sustancias estupefacientes fueran vendidas en La Graciosa. El tercer acusado negó los hechos.
Todo se remonta al 21 de septiembre de 2011, sobre las 11.20 horas. Según el escrito de Fiscalía, uno de los acusados, M.S.M., estaba en el interior de su vehículo, en Puerto Naos, y "con total desprecio a la salud colectiva, proporcionó" a otro de los imputados, J.B.T.H., "5 tabletas de hachís con un peso de 520 gramos, que hubiera tenido en el mercado ilícito un valor de 724,36 euros".
La Fiscalía insistió en que la sustancia sería distribuida a terceros por J.B.T.H. y también por la otra acusada, C.H.M. En el domicilio de ambos, en Caleta de Sebo, en La Graciosa, almacenaban 3,95 gramos de cocaína que hubiera alcanzado un valor de 104,45 euros, 3.215 gramos de cannabis sátiva, que en el mercado ilícito tendría un precio de 3.272,87 euros, y siete láminas de hachís con un peso aproximado de 27 gramos y un valor de 153,63 euros, siempre según el escrito de acusación del Ministerio Público. En total el hachís incautado ascendió a 557 gramos. Los tres acusados fueron detenidos por estos hechos.
El primero en declarar durante el juicio que celebró la Audiencia Provincial fue J.B.T.H, para quien la Fiscalía pedía en un principio 4 años y 6 meses de prisión, así como una multa de 7.166,35 euros. El acusado reconoció que M.S.M. le proporcionó el hachís y admitió que practicó el "menudeo" y distribuyó droga en La Graciosa.
Cambia de declaración para "decir la verdad"
En la fase de instrucción, el imputado negó esta entrega del hachís, pero durante el juicio oral decidió hacer lo contrario porque deseaba "decir la verdad". "Reconozco los hechos y por eso es distinta mi declaración", justificó.
Por su parte, la segunda acusada, C.H.M, que convivía en La Graciosa con J.B.T.H., y para quien la Fiscalía pedía tres años y seis meses de cárcel y una multa de 7.166,35 euros, también admitió que "contribuyó" a distribuir esta droga. "Tampoco distribuía, aunque me decían lleva o no lleva, así que en algún momento contribuí a ello", reconoció.
La mujer aseguró que no conocía al otro imputado, a M.S.M., e insistió en que el día que fue detenido J.B.T.H. ella pensaba que había ido a hacer la compra "para el restaurante, como todas las semanas". "No lo sabía hasta que estaba en el restaurante y vi a una pareja de la Guardia Civil pidiendo documentación", indicó ante el tribunal.
Por su parte, el tercer acusado, M.S.M, aseguró que el 21 de septiembre no quedó con J.B.T.H para "hacer una transacción" en su vehículo, en el que también estaba su hija. "Quedamos para vernos y hablar entre nosotros, de las cosas que hablan dos personas que hace mucho que no se ven. Íbamos a tomar algo, pero la niña se puso nerviosa y decidimos dejarlo para otro día", indicó. En este sentido, aseguró durante el juicio que no sabe por qué uno de los acusados dijo que fue él quien le dio el hachís. "Supongo que para que se le rebaje la pena que le piden", sugirió.
"El objetivo era desmantelar el punto de venta"
Además de los tres acusados, durante el juicio también declararon varios testigos. En concreto, un guardia civil que llevó a cabo este operativo explicó que tenían "indicios" de que se estaban vendiendo sustancias estupefacientes "alrededor" de un restaurante de La Graciosa. De la información que obtuvieron estos agentes, se llegó a la conclusión de que uno de los acusados, J.B.T.H., se iba a dirigir a Lanzarote a "pagar una deuda y comprar hachís".
"Se montó un operativo que llegó hasta Órzola y que concluyó con su detención", explicó este agente. El arresto se llevó a cabo en Arrieta. "Teníamos la seguridad de que en el establecimiento se vendía todo tipo de sustancias, no sólo hachís. No sabíamos qué sustancia nos íbamos a encontrar, pero esperábamos un intercambio importante. El objetivo primordial de la operación era desmantelar el punto de venta en el establecimiento de La Graciosa", aseguró el guardia civil.
Tras todas las declaraciones, la Fiscalía modificó sus conclusiones con respecto a los dos acusados que reconocieron los hechos y rebajó la petición de cárcel a tres años para estas dos personas y a una multa de unos 3.000 euros. Para el otro imputado, que negó los hechos, mantuvo la solicitud de dos años de prisión. El juicio quedó visto para sentencia.