Los vecinos se tiraron al agua para socorrer a las víctimas de la patera

"Según llegamos sólo se escuchaban gritos"

"La Policía Local, las tres personas que había en tierra, mis amigos y la Guardia Civil intentamos acercar a los inmigrantes hacia tierra, pero era muy difícil porque había mucha corriente y el mar los tiraba para ...

16 de febrero de 2009 (06:31 CET)
Según llegamos sólo se escuchaban gritos
Según llegamos sólo se escuchaban gritos

"La Policía Local, las tres personas que había en tierra, mis amigos y la Guardia Civil intentamos acercar a los inmigrantes hacia tierra, pero era muy difícil porque había mucha corriente y el mar los tiraba para dentro; nosotros íbamos de piedra en piedra agarrándonos, porque también nos llevaba a nosotros", narra Alejandro Martín, vecino de Los Cocoteros, que participó en el rescate de los inmigrantes de la patera que se hundió este domingo a escasos 20 metros de la costa.

Martín estaba preparando la carroza para los carnavales con sus amigos cuando vio pasar un coche de la Policía Local de Haría. La curiosidad les impulsó a seguirle y cuando alcanzaron a los patrulleros, se encontraron con una patera a la que se sujetaban un par de inmigrantes, que luchaban por sus vidas rodeados de una decena de cadáveres.

"Según llegamos sólo se escuchaban gritos, ellos no tenían fuerzas. La Policía Local nos preguntó si teníamos algo a mano para ayudar a sacar a esa gente del agua. Entonces yo fui a mi barco y cogí los cabos y los salvavidas. Cuando llegué, la patera estaba volcada y había una decena de cuerpos flotando, eran cadáveres. Vi ados sujetados a la patera y a dos nadando hacia tierra, pero había demasiada corriente y demasiado oleaje que los tiraba para fuera. No había manera de acercarse a ellos por las condiciones de la marea", recuerda Alejandro Martín.

La situación desencadenada por el hundimiento de la patera con los cadáveres flotando y algunos inmigrantes luchando con sus últimas fuerzas por llegar a tierra convirtió a los habitantes de Los Cocoteros en socorristas de primera línea. Algunos ayudaban desde la orilla con salvavidas y otros entraron al agua con sus tablas de surf para rescatar a los supervivientes. "Sacamos a un hombre de unos treinta y pico años, y un joven de unos dieciséis años. Yo estaba pendiente de sacar lo que podía y todo el pueblo estaba alborotado por la presencia policial y de ambulancias", afirma Martín

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