La Guardia Civil investiga los hechos, sucedidos hace una semana, sin que por el momento se haya detenido a ninguno de los cinco encapuchados. Mientras, la Policía Local de Yaiza ha aumentado los controles de seguridad en la zona

Los vecinos de Playa Blanca asimilan con inquietud el atraco en Los Riscos

El teléfono no deja de sonar, pero nadie lo coge. De fondo se oyen risas de niños. Lo demás, es silencio. Este es el ambiente que se respira en una de las exclusivas viviendas de la urbanización Los Riscos, en Playa Blanca. El ...

12 de junio de 2008 (10:56 CET)
Los vecinos de Playa Blanca asimilan con inquietud el atraco en Los Riscos
Los vecinos de Playa Blanca asimilan con inquietud el atraco en Los Riscos

El teléfono no deja de sonar, pero nadie lo coge. De fondo se oyen risas de niños. Lo demás, es silencio. Este es el ambiente que se respira en una de las exclusivas viviendas de la urbanización Los Riscos, en Playa Blanca. El pasado 5 de junio, cinco encapuchados atracaban la vivienda, maniatando a la dueña y a sus dos hijos pequeños. Una semana después, todavía muchos vecinos no se han enterado de lo ocurrido. La distancia física que separa unas viviendas de otras, las convierte en remansos de paz, aislándolas del resto. Una tranquilidad buscada por sus dueños pero que, en este caso, se ha vuelto en su contra.

Así se explica que ni siquiera el personal de servicio de la casa atracada, que vive en un apartamento anexo a la vivienda, no oyera nada la noche del suceso. "No escuchamos nada", afirma la señora del servicio, con la tristeza reflejada en su rostro. Su marido y sus dos hijos, todos ellos latinoamericanos, que viven con ella en el apartamento, la observan con mirada temerosa mientras ella habla con La Voz, en la puerta del domicilio. "Estamos todos muy afectados. Tenemos mucho miedo", añade y se mete con su familia en un vehículo. Ella desconoce si los propietarios van a aumentar las medidas de seguridad de la casa. Ninguno de ellos quiere hacer declaraciones a los medios. A través del portero automático, se escucha a uno de los pequeños preguntado "¿papá, quién es?", tras oír la llamada al timbre de La Voz.

¿Una banda organizada?

El cabeza de familia, arquitecto de profesión, no se encontraba en la vivienda la noche en que ocurrió el violento suceso. Estaba de viaje. A eso de las tres de la madrugada del pasado 5 de junio, cinco encapuchados, con acento latinoamericano, entraban en la vivienda donde dormían la dueña y sus dos hijos gemelos de 9 años. Según la Guardia Civil, no forzaron ni puertas ni ventanas por lo que una de las hipótesis que barajan es que entraran por la puerta de una solana que solía estar abierta, después de haber atado al perro en el jardín. Una vez dentro de la casa, despertaron a la familia, la maniataron de pies y manos y les obligaron a decir dónde tenían guardado el dinero y los objetos de valor, amenazándoles con quitarles la vida si no cooperaban.

Tras golpear a la dueña en un ojo, los atracadores se apropiaron de dos ordenadores portátiles, 3.000 euros en efectivo, joyas valoradas en unos 6.000 euros y huyeron, dejando a los tres miembros de la familia maniatados. Alrededor de las 6.20, la madre conseguía desatarse y podía avisar a emergencias.

"Por el modus operandi, pensamos que se trata de una banda organizada", explica un portavoz de la Guardia Civil. En estos momentos, la Unidad Judicial del cuerpo se encuentra investigando el suceso para poder detener a los delincuentes. "Es un hecho sin precedentes en la isla", añade el agente de la Benemérita. Por eso mismo, porque se trata de un "hecho puntual" el concejal de la Policía Local y Seguridad, Eduardo Lasso, no considera que se trate de una banda organizada.

Carencias de seguridad

Las viviendas de Los Riscos no cuentan con muchas medidas de seguridad. Aunque algunas tienen alarma, los muros son muy bajos y ninguna ventana tiene rejas. "Sé que me pueden robar", explica una de las vecinas. Ya le han robado en varias ocasiones, y por eso ha instalado un sistema de alarma, "pero si quieren entrar, van a entrar", añade. Además, "muchas viviendas están vacías y por la noche aquí apenas hay iluminación", se lamenta la vecina. Ella no sabía nada del violento robo sucedido hace una semana. La noticia la sobrecoge porque también tiene hijos. "Aquí la policía suele hacer rondas con el coche, pero nunca se bajan", explica.

Uno de estos agentes, miembro de la Policía Local de Yaiza, que se encuentra realizando un control de seguridad en una de las calles de la urbanización, confiesa, encogiendo los hombros: "el municipio es grande. Pasamos cuando podemos". Para uno de los taxistas que diariamente cubre la zona, "la presencia policial aquí es insuficiente". El agente se defiende afirmando que, desde el atraco, han aumentado los controles de seguridad aunque entiende, que pese a este incremento, los vecinos tengan miedo. "Un suceso así no había ocurrido nunca antes", añade.

"Esto no es Inglaterra"

"En esta zona hay mucho paro. Las obras que estaban en marcha, con la crisis, se han parado y todos los trabajadores de la construcción se tienen que quedar en algún sitio. Muchos se han ido pero ¿qué pasa con el resto?", se pregunta una de las vecinas de la urbanización. Otro de los dueños de una vivienda de la zona, un ciudadano inglés, mantiene que no tiene miedo. "Esto no es Inglaterra", exclama, aunque asegura que su vivienda, que, se encuentra sola, sí cuenta con medidas de seguridad. "De todas formas, esta zona es segura. Nunca había pasado algo así", declara.

En el supermercado de la urbanización, La Voz vuelve a encontrarse con el matrimonio que sirve en la casa robada, mientras hace la compra. La mujer comenta con la cajera que cada vez son más los robos que se suceden por aquí pero no de tal magnitud. Una de las empleadas del establecimiento, casualmente es hija del matrimonio de empleados de la casa y también trabajó allí. "Cuando me enteré de la noticia sentí mucho miedo. En la casa viven cuatro niños, los hijos del matrimonio y mis hermanos pequeños", declara "El trato de los dueños con mis padres sigue siendo el mismo después del robo", explica, mientras añade que sus progenitores llevan sirviendo en la casa desde hace "ocho o nueve años".

Un hecho sin precedentes en la isla que no sorprende a cuatro turistas valencianos alojados en un hotel de la zona. "En nuestra comunidad los robos con gente dentro son muy normales", se lamentan. "Parece que la moda llega ahora aquí", añaden.

García Déniz llama a la calma

El director insular de la Administración General del Estado en Lanzarote, Carmelo García Déniz, hace un llamamiento a la calma. "Entiendo que los vecinos estén preocupados pero no tiene por qué saltar la alarma. Es la primera vez que ocurre algo de estas características así que quiero transmitir tranquilidad a los ciudadanos", explica el director insular. Él no considera que se trate de una banda organizada pero, en cualquier caso, recuerda que "la investigación está abierta y hay que dejar a los agentes de la Guardia Civil que hagan su trabajo".

En cuanto a la nacionalidad de los atracadores, el director insular afirma que no le gusta "poner etiquetas", por lo que prefiere esperar a que se lleven a cabo las detenciones. Por otra parte, García Déniz afirma que van a aumentar en diez miembros más el número de agentes de la unidad de la Guardia Civil de Yaiza aunque, "no es por el robo". Se trata de una medida que habían tomado antes de que ocurriera el suceso.

Un modus operandi organizado

Según la Guardia Civil, el modus operandi de los atracadores es el típico de una banda organizada, pero ¿cuáles son las características de este tipo de delincuentes? Para la INTERPOL, existe crimen organizado si hay "delincuencia ejercida por tres o más personas, con una continuidad en sus acciones; delitos graves con violencia e intimidación y características de un grupo jerarquizado, con una fuerte disciplina interna".

En este caso, se cumplen varias premisas: los atracadores fueron más de tres (cinco) y realizaron un delito grave con violencia e intimidación (ya que, además robar, por la fuerza, secuestraron durante varias horas a la mujer y a los dos niños, usando intimidación y violencia). Por el momento, se desconoce si éste es el primer robo que perpetran y si se trata de un grupo jerarquizado.

El intento de secuestro en Puerto Calero

Un robo de este tipo carece de antecedentes en la isla. Sin embargo, tal vez a muchos lanzaroteños les habrá venido a la mente la detención, en octubre del año pasado, de una banda internacional organizada que intentaba secuestrar a una familia en Puerto Calero. Los delincuentes llevaban varios meses planificando el secuestro: observaban las formas de entrada a la vivienda, las posibles vías de escape y los movimientos que la familia realizaba diariamente. Se llegaron a introducir incluso en el porche y en el jardín, mientras los dueños se encontraban en el interior de la vivienda. Sin embargo, la policía les vigilaba desde hacía meses.

La operación "Copérnico" se saldaba con las detenciones de cuatro polacos, una serbia y dos vecinos de Lanzarote y Las Palmas. Uno de los ciudadanos polacos estaba reclamado por la INTERPOL por delito de asesinato y otro tenía permiso penitenciario en Polonia. Además, habían combatido en varios conflictos bélicos. Ante tales antecedentes, la policía estableció un dispositivo de vigilancia sobre la familia las 24 horas del día, hasta que finalmente realizó las detenciones.

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