El cuerpo del submarinista que fue encontrado el pasado 19 de junio a 90 metros de profundidad en Playa Chica, en Puerto del Carmen, es el de Bosco Fernández Tapias, desaparecido mientras buceaba en octubre de 2010. Desde un principio, todo apuntaba a que se trataba de Bosco Fernández, ya que era el único submarinista desaparecido en esa zona en los últimos años y que aún no había sido encontrado.
Ahora, las pruebas de ADN realizadas en el Institudo Anatómico Forense de Las Palmas de Gran Canaria así lo han confirmado. La propia juez del Juzgado de Instrucción Número 2 de Arrecife, que instruye las diligencias, también ha confirmado el resultado de las pruebas forenses, con un comunicado enviado por el gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
El cuerpo sin vida fue localizado por un instructor de buceo y por su alumno en una pequeña "repisa" a 90 metros de profundidad. El hallazgo se produjo el día 19, pero no fue hasta dos días después cuando fue rescatado el cuerpo, que se encontraba en un avanzado estado de descomposición.
Así, se tuvo que esperar a la llegada de un grupo especializado en buceo de la Guardia Civil, que se trasladó desde Las Palmas de Gran Canaria y desde Madrid, para rescatar el cadáver. Y es que el cuerpo se hallaba a gran profundidad, por lo que se precisó otro tipo de material, que llegó desde la península.
Bosco Fernández Tapias desapareció en octubre de 2010. La búsqueda del joven se suspendió tras una semana de rastreo, ya que la Guardia Civil consideró que su cuerpo podría encontrarse en una sima de unos 200 o 300 metros de profundidad. En aquel momento, la Benemérita aseguró que su localización era imposible.
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