FOTOS: Sergio Betancort.
La ermita de Playa Honda sufrió un robo la madrugada de este domingo. "Se llevaron hasta el sagrario con las hostias consagradas", lamenta una de las catequistas, que ha explicado que ésta es ya "la tercera vez" que les sucede algo parecido.
"Se llevaron el sagrario entero, hicieron destrozos, rompieron una puerta, una mesa con cositas que usamos para la catequesis…", relata. Según explica, el asaltante o los asaltantes fueron "cortando" la puerta con "un cuchillo o algo, hasta que palanquearon la puerta y entraron". Una vez dentro, no pudieron hacerse con nada de mucho valor, ya que según afirma esta catequista en la parroquia no se guarda nada especialmente costoso.
"Cosas de valor no se roban, pero sí los útiles que usamos siempre nosotras", para la catequesis, añade. "Menos mal que las imágenes, lo poquito que tenemos, no las han roto", continúa. Fue el domingo por la mañana cuando descubrieron que alguien había entrado en la iglesia, presumiblemente "de madrugada". Las catequistas y el párroco del templo denunciaron lo sucedido ante la Guardia Civil, que tomó huellas y les explicó que estarían atentos "por si intentaban vender el sagrario". "Se pensarán que es de plata, pero ni eso…es chapa labrada", agrega la catequista.
"Ya es la tercera vez"
Ésta no es la primera ocasión en que las catequistas se encuentran con una sorpresa desagradable al acudir a la iglesia. Afirman que ya es "la tercera vez" que la parroquia de Santa Elena sufre robos o destrozos.
"Las otras veces también hicieron destrozos, se habían llevado cosas. Tenemos un televisor y un DVD, menos mal que siempre lo guardamos en casa porque, si lo dejamos allí, nos roban todo", narra esta maestra de catequesis.
Según relata, los cacos han ido encontrando distintos métodos para introducirse en el templo. "Se puso una reja en una ventanita pequeña que teníamos en un costado porque también nos tiraban por ahí las piedras y se metían por ahí, pero al ponerse la reja ya no se metieron más. Ahora es por la puerta", expone.
Esta catequista agrega que el parque de Playa Honda "es una zona oscura", que "no está bien iluminada". Aunque de noche no hay mucha visibilidad, "los ruidos sí se escuchan", pero el problema, sostiene, es que cuando eso ocurre "la gente no llama" a la Policía.
