Teresa: "Me desperté casi desnuda. Él me escucho decir que me dolía y me gritó: ¡Todavía estás viva, hija de puta!"

El fiscal pide otros 22 años de cárcel para el constructor Ramón Rodríguez por intento de asesinato a su pareja

La Fiscalía pide 22 años de cárcel para el conocido constructor lanzaroteño Ramón Rodríguez Acosta por intento de asesinato a la que era su pareja, Teresa Martín Pérez, y por un delito habitual de malos ...

16 de abril de 2009 (17:07 CET)
El fiscal pide otros 22 años de cárcel para el constructor Ramón Rodríguez por intento de asesinato a su pareja
El fiscal pide otros 22 años de cárcel para el constructor Ramón Rodríguez por intento de asesinato a su pareja

La Fiscalía pide 22 años de cárcel para el conocido constructor lanzaroteño Ramón Rodríguez Acosta por intento de asesinato a la que era su pareja, Teresa Martín Pérez, y por un delito habitual de malos tratos. El Ministerio Público solicitaba, en un principio, 16 años de cárcel para el acusado pero, tras escuchar a todos los testigos, ha elevado la petición de pena a 22 años. El acusado se ha declarado inocente durante el juicio, celebrado este jueves en la Sección BIS de la Audiencia Provincial de los Juzgados de Arrecife, y ha negado todos los hechos que se le imputan, pese a que ha asegurado que, ese día, se encontraba bajo los efectos de las drogas.

Ramón Rodríguez cumple actualmente condena en la cárcel de Tahíche, ya que sobre él pesa una sentencia firme por tentativa de homicidio por apuñalar a su pareja el día 3 de junio de 2004. En la sentencia, resuelta el 11 de enero de 2008, queda probado que el constructor asestó doce puñaladas a su pareja sentimental.

No obstante, en esta ocasión, Rodríguez se ha enfrentado a un nuevo juicio por otra presunta agresión y paliza a Teresa Martín, ocurrida después de la primera agresión. Los hechos se remontan al 8 de febrero de 2007 cuando, meses después de reanudar la convivencia, según el texto de la acusación, "entre las 9.00 horas y las 10.00 horas el procesado entró sorpresivamente" en la vivienda que compartía con Teresa Martín, en La Vegueta, en Tinajo. Según el Ministerio Público, Rodríguez accedió a la casa por el garaje, sin que la víctima se diera cuenta de su presencia, y "resuelto a acabar con su vida, le atacó y golpeó de manera reiterada en la cabeza con una botella de champán, al tiempo que se dirigía a ella con expresiones como: te voy a matar, hija de puta".

"Ramón Rodríguez continuó las agresiones y volvió a golpearle con la botella para después abandonar a la víctima dejándola herida, tirada en el suelo de una terraza del domicilio y huir de manera precipitada del lugar", ha defendido el fiscal, Ignacio Stampa. Posteriormente, el constructor fue hallado por la policía en el interior de una casa cerrada situada en Tao-Teguise.

Hallada por su hija mayor

La mujer, que quedó inconsciente en el suelo, fue encontrada por su hija mayor, Mairena Morales Martín, quien avisó a los servicios médicos de urgencias, que evacuaron a la víctima al Hospital Negrín de Las Palmas de Gran Canaria. Teresa Martín sufrió un infarto agudo, ha perdido los sentidos de la vista, gusto y olfato, tuvo una fractura craneofacial y de la nariz, entre otras muchas lesiones físicas, además de psicológicas.

Tanto Ramón Rodríguez como Teresa Martín, y las hijas de ambos, así como testigos, policías y peritos judiciales y la hermana de la víctima han declarado este jueves en el juicio y han defendido sus posturas. El constructor, por su parte, ha asegurado que el día en que se produjeron los hechos durmió en casa de la mujer, se levantaron por la mañana, llevaron a las hijas al colegio y, posteriormente, ya en casa, tuvieron una discusión. "Ella llevaba un tiempo con comportamientos agresivos y le dije que quería dejar la relación y que me iba de viaje a Tenerife para no tener problemas", ha asegurado.

"Me tiró un frutero, cogimos varias botellas y, después de un forcejeo, me fui de allí en coche. Había consumido cocaína. Durante el forcejeo ella se resbaló y se cayó. Me asusté, pero ella se levantó y se volvió a caer de espaldas. Cuando vi sangre me asusté, pero cuando me fui ella estaba consciente", ha relatado. Posteriormente, Ramón Rodríguez llamó a su hija, María de Los Ángeles Rodríguez Santos, para decirle que llamara a una ambulancia. Ésta, sin embargo, ha declarado que no avisó a los servicios de emergencias porque cuando su padre "consumía cocaína, tenía paranoias". "Nos decía que avisáramos a la policía porque había gente en casa y no era verdad", ha indicado.

La declaración de Teresa Martín ha sido completamente diferente: "Por la noche le dije a Ramón que se fuera de casa, que habíamos terminado porque encontré un cuchillo debajo de la almohada. Le aseguré que, cuando se celebrara el primer juicio por las cuchilladas, iba a contar toda la verdad, aunque me amenazara. Me levanté por la mañana y le pedí a mi hija el coche para llevar a las niñas al Instituto. Después volví a casa y me puse a fregar. De repente algo me sacudió, me dio un golpe con una botella. Me pegó detrás de la cabeza".

"¡Me estás matando!"

La mujer ha relatado que trató de huir y salió al balcón del domicilio, donde el hombre le siguió golpeando "sin parar". "Creo que fue él mismo el que trajo la botella", ha indicado. "¡Me estás matando!", le gritaba Martín, mientras Rodríguez le decía "¡Es que venía a matarte, hija de puta!", según ha declarado la mujer.

Después de esto, la víctima se desmayó pero, al cabo de un rato, se volvió a recuperar. "Sentía mucho frío porque me desperté casi desnuda. Él me escucho decir que me dolía y me gritó: ¡Todavía estás viva, hija de puta!", ha contado ante los magistrados. Entonces, según la declaración de la víctima, Rodríguez volvió a golpearla. "Lo último que recuerdo fue que me daba todo el rato en la cabeza, era un dolor terrible".

Horas después, sobre las 13.00 horas fue hallada por su hija mayor, Mairena, quien ha relatado muy emocionada cómo encontró a su madre. "Mi madre me llama siempre por las mañanas, aunque esté trabajando y ese día no lo hacía. Me mosqueé y cuando iba hacia Tinajo a hacer un trabajo iba llamándola todo el rato, pero ella no cogía. Pasé por delante de la casa y me pareció ver una figura en el balcón, pensé que era Ramón. Me despreocupé y fui hacia Tinajo", ha indicado.

Minutos después, sin embargo, recibió una llamada de la hija del constructor quien le decía si había hablando con la pareja. "Colgué el teléfono y me fui corriendo para casa. Cuando llegué, ella no contestaba. Su cara no era la de una persona, estaba semidesnuda, llevaba horas allí porque la sangre estaba seca. Tenía una herida profunda en la cabeza, eso parecía una carnicería porque estaba llena de sangre", ha relatado entre lágrimas. Mairena llamó a la ambulancia, que trasladó a su madre al Hospital de Negrín.

Positivo en cocaína

En los análisis de orina que le realizaron en el centro hospitalario dio positivo en cocaína, pese a que la mujer ha asegurado que "no había tomado" esta droga. "Cuando Ramón me pegaba me metió algo en la boca y en la nariz, pudo ser cocaína", ha insistido la víctima, pese a que el procesado ha asegurado que ambos eran consumidores habituales de estupefacientes.

Tras estas declaraciones, se ha procedido a tomar nota del testimonio de los agentes que atendieron el caso y de la perito judicial. El testimonio de ésta última ha sido clave, ya que ha asegurado que, según sus informes, "es imposible" que Teresa Martín presentara esas heridas tras una caída, resbalón o un simple forcejeo, tal y como mantiene Ramón Rodríguez. Además, ha indicado que tras la detención del constructor le hizo una entrevista para valorar sus capacidades y ha asegurado que "el consumo de drogas no las ha alterado".

Después de escuchar todos los testimonios, la Fiscalía ha decidido elevar la pena de 16 años de cárcel al empresario lanzaroteño a 22 años de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa y por otro de malos tratos continuados. Asimismo, ha exigido una indemnización de 258.775 euros y una prohibición de acercarse a la mujer durante los diez años posteriores a la salida del procesado de la cárcel.

La acusación particular, ejercida por Rosa Callero, ha solicitado la misma pena y una indemnización de 600.000 euros, mientras que el abogado defensor, Francisco Bethencourt, ha pedido 3 años y 6 meses de cárcel por un delito de lesiones.

Ramón Rodríguez ha querido aprovechar su última intervención antes de que el juicio quedara visto para sentencia para decir: "Confío y respeto la Justicia y espero que se haga justicia".

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