La muerte del joven Rayco Díaz en un accidente de tráfico el pasado fin de semana ha vuelto a llevar el luto al deporte. Sus compañeros del Sporting de Tías todavía tratan de asumir la noticia

Duelo por Rayco

"Rayco era algo callado, atento, muy amigo de sus amigos". Así le definía su compañero Ariel tan sólo un día después de su muerte. Ariel es de Las Palmas. Lleva un año en Lanzarote, y en él ha tenido "la ...

7 de julio de 2007 (20:44 CET)
Duelo por Rayco
Duelo por Rayco

"Rayco era algo callado, atento, muy amigo de sus amigos". Así le definía su compañero Ariel tan sólo un día después de su muerte. Ariel es de Las Palmas. Lleva un año en Lanzarote, y en él ha tenido "la suerte", como él mismo explica, de conocer a Rayco Díaz, un joven de 22 años que falleció el pasado domingo en un accidente de tráfico en la carretera que va hasta el Peñón, en el municipio de Tías.

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Ariel y Rayco se conocieron gracias al fútbol. "Rayco llevaba prácticamente toda la vida en el Club Sporting de Tías, desde que empezó, cuando tenía diez u once años". Este Club no sólo es un equipo de fútbol, es también "un grupo de amistad". Ahora le van a echar mucho de menos. "Estamos todos muy afectados", añadía Juan Pedro Valiente, presidente del Sporting de Tías. "Hay algunos chavales que todavía no se lo creen, pero ahora lo único que podemos hacer es superar este bache, seguir hacia adelante y no olvidarle".

Tampoco los benjamines del Club saben como tomarse la noticia. "Son niños, muy pequeños, y todavía no saben muy bien lo que ha pasado", explica Juan Pedro. "Algunos nos preguntan quién les va a entrenar ahora".

Tras el final de la liga, el equipo estaba trabajando en la organización de la próxima temporada: "Hablábamos de los fichajes, de los entrenamientos? Y ahora ya no sabemos de qué hablar", explica Yerai Rodríguez, entrenador de Rayco. "Algunos compañeros me preguntan: '¿cómo vamos a estar en los entrenamientos sin él?', y yo les digo que ahora más que nunca vamos a seguir aunque sea por él, porque somos una familia, y espero que le ayudemos allí donde esté".

Una camiseta con su número y un balón firmado por todos sus compañeros se han ido con Rayco, como recuerdo de su ímpetu, su pasión por el deporte y su amistad.

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