Al cierre de la edición de hoy de LA VOZ continúa la búsqueda de los inmigrantes fugados esta semana del aeropuerto de Guacimeta. Sin embargo, hay cosas que aclarar de la noticia publicada estos días. Fuentes vinculadas al Aeropuerto de Lanzarote han confirmado a lavozdelanzarote.com que durante la pasada madrugada del martes, cuando se fugaron a través del techo del baño 11 de los 16 inmigrantes ilegales que permanecían retenidos en la sala de rechazados de Guacimeta, al menos dos funcionarios policiales permanecían de servicio.
En ese sentido, desmintieron con rotundidad tanto que un solo agente estuviera de guardia como que las instalaciones carecieran de cámaras de seguridad, tal y como se ha venido informando.
"Durante el día suele haber entre cinco y siete funcionarios, y a partir de las 00:00 horas el número se reduce a un mínimo de dos", precisaron las fuentes, que lamentaron los hechos criticando que, a falta de una solución provisional hasta la construcción del nuevo Centro de Internamiento de Inmigrantes, podrían darse nuevas fugas.
Batidas por el norte y el sur de la Isla
Después de que varios vehículos zeta hayan dado diversas batidas por el norte y el sur de la Isla, registrando la zona de La Rocar y centrando sus esfuerzos en la capital lanzaroteña, hasta ahora no se han producido detenciones.
Según las explicaciones del director insular del Estado en Lanzarote, Marcial Martín, los primeros indicios apuntan a que familiares de los 11 marroquíes fugados podrían estar acogiéndoles de manera temporal en sus propios domicilios, lo que dificultaría aún más la labor policial.
Por otro lado, y a pesar de que las terminales aeroportuarias del Archipiélago están alerta, cabe recordar que es práctica habitual el traslado de inmigrantes buscados por la Justicia hasta tierras majoreras. Parece que ayudados de pasaportes falsos, desde Fuerteventura los extranjeros clandestinos encuentran más facilidades para desplazarse hasta la Península.
Rutina en Guacimeta
Una vez que los inmigrantes ilegales son detenidos y trasladados a Comisaría, allí se realiza la propuesta de expulsión, que se remite a los juzgados de guardia. Estos dan el auto de liberación o de internamiento. En el segundo de los casos, los inmigrantes son llevados hasta el centro de retención del aeropuerto, donde pueden estar un máximo de 40 días.
El juzgado remite entonces la propuesta de expulsión y el auto hasta la Delegación Provincial de Las Palmas, para que esta facilite el decreto de expulsión. Entonces se preparan los aviones contratados entre Lanzarote y Fuerteventura, para deportarlos a sus países de procedencia.
Las instalaciones cuentan con camas suficientes para albergar a unos 150 ó 160 inmigrantes. La situación de este centro no ha sido preocupante mientras las repatriaciones han sido continuas y en tanto se han producido las desviaciones pertinentes a otras islas como Fuerteventura, lo que ha evitado que casi nunca se haya producido hacinamiento, aunque se intensifique la llegada de pateras durante los meses de septiembre y octubre, tal y como normalmente cada año está previsto.
