La fiscal ha pedido doce años para cada uno de los acusados, mientras los letrados de la defensa piden su absolución por falta de pruebas determinantes

Acusados y testigos del robo del Hiperdino de Valterra vuelven a verse las caras

[Suspendido el juicio contra el presunto atracador de prostíbulos debido a la ausencia de diez testigos->12820]

2 de julio de 2007 (22:22 CET)
Acusados y testigos del robo del Hiperdino de Valterra vuelven a verse las caras
Acusados y testigos del robo del Hiperdino de Valterra vuelven a verse las caras

El escenario del suceso era el nexo entre acusados y testigos. El 25 de noviembre de 2001, a la una y cuarto de la madrugada, varias personas se acercaron hasta el Hiperdino situado en el barrio de Valterra, en Arrecife. Según el testimonio del propio vigilante de seguridad, los presuntos ladrones se abalanzaron sobre él, le maniataron y abrieron el recinto de las cajas fuertes, robando dos de ellas, con 120.000 euros, y huyendo en una furgoneta. Unas horas más tarde, cuando el vigilante de relevo llegó al establecimiento, se encontró a su compañero atado a una columna, asustado y muy nervioso.

Casi seis años después, hay tres personas acusadas de estos actos, que este lunes han comparecido frente al juez de la Audiencia Provincial de Las Palmas. Los tres hombres, Francisco García Magariño, Julio Manuel Martín de León y Jesús Salvador Martín Cabrera, que se han declarado inocentes en todo momento, tenían o habían tenido relación laboral con el supermercado Hiperdino de Valterra.

El primero de ellos había sido despedido de su trabajo como vigilante apenas unos días antes de que se produjera el robo. Tal y como ha explicado la presunta víctima, Julio César Hernández Quintero, reconoció al acusado debido a las amenazas que le profirió aquella madrugada: amenazas psicológicas ("te voy a matar", ha asegurado la víctima que escuchó de boca del presunto agresor) y físicas (con una "katana", un arma de origen japonés, que se ha convertido en una de las principales pruebas de la investigación). Esta katana ha sido precisamente el motivo de implicación en el caso de otro de los acusados. El arma fue encontrada en su domicilio mientras la policía lo registraba por un asunto relacionado con estupefacientes. Sin embargo, y tras las declaraciones de varios testigos, no ha quedado claro que el arma fuera la misma, ya que según el acusado, Martín de León, "la mía no tiene filo y cuenta además con unas letras chinas que aquí no veo", ha explicado este lunes, mientras observaba la prueba.

Testimonios contradictorios

A pesar de que Hernández Quintero ha reconocido a los acusados como autores del robo y agresión, no fue así desde el primer momento. Tal y como consta en acta policial, la primera declaración del vigilante se refería a "seis personas sudamericanas, de ojos enrojecidos y rasgados, y un metro ochenta de alto". Esta versión fue cambiando a medida que transcurría la investigación.

"Tenía mucho miedo", ha asegurado el vigilante, "por eso no dije la verdad en un primer momento, pero después decidí hacerlo a medida que se descubrían nuevas pruebas". Para la defensa, estos testimonios cambiantes y contradictorios no son decisivos para la condena de los tres acusados, por lo que han solicitado su absolución. Por otra parte, la fiscal ha pedido cinco, dos y cinco años por robo con violencia e intimidación, lesiones y detención ilegal a cada uno de los acusados.

¿Una posible venganza?

Lo que tampoco parece estar claro es la relación entre el vigilante testigo de los hechos y uno de los acusados, Francisco García Magariño. Al parecer, el acusado había sido despedido días antes del robo debido a sus faltas de puntualidad y a problemas con el alcohol. Y precisamente había sido el vigilante de seguridad el encargado de informar sobre estas irregularidades.

De momento, el juicio ha quedado visto para sentencia.

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